—Dice Radio Rebelde que en la «intensa jornada del presidente cubano por entidades económicas, instituciones sociales y barrios en transformación de San Miguel del Padrón, Regla y Plaza de la Revolución en La Habana, el momento más emotivo fue el que protagonizaron las reacciones infantiles al ver, como les escuché decir, “el presidente fuera del televisor”. Algarabía, risas, abrazos y besos despertó la presencia del mandatario».
—Hasta los niños se dan cuenta de que Canel no sale de la pantalla chica.
—La algarabía se debió a que, por los apagones, hace tiempo que no lo ven.
—Hasta de los sucesos más negativos puede sacarse provecho.
—Lo de los apagones va camino de solucionarse. El Granma, en cuatro partes, ha publicado una extensa entrevista al ministro de Energía y Minas.
—Ese periódico, más que mina, es yacimiento inagotable de confianza en el futuro de un país que «no se detiene, a pesar de lo difícil». Si nos dejamos llevar por los reportajes que publican meses antes de que llegue cada verano, ya estuviéramos exportando energía a Jamaica e islas adyacentes.
—O a las casas vecinas. En el mismo periódico, en un artículo titulado «Cables cruzados», se ponderan las conexiones clandestinas de electricidad: «La escena es esta: dos cables viejos y larguísimos, unidos entre sí por empates casi equidistantes de cinta adhesiva, salían lentamente, con una torpeza casi nerviosa, por una ventana de madera pintada de blanco. Un cable de aquí para allá o de allá para acá, para que conectes el refrigerador, un ventilador o veas la novela, porque, todavía hoy, un cubano o cubana sin novela es un rastrojo de tristeza».
—De la novela se encarga la televisión. De los cuentos ellos.
—«Uno empieza a conectar historias, lo que ve, vive y escucha de lo que otros vieron, vivieron y escucharon, y tiene la certeza de que el alma cubana es una cosa muy rara, pero cotidianamente esperanzadora».
—El periodista tiene la esperanza cotidiana de que a uno se le olvide lo que vive y escucha hace años, para, cosa rara, seguir oyendo lo mismo.
—En la introducción de la entrevista al ministro, el periodista se pone franco y escribe: «Tener electricidad no es lujo».
—Manera elegante de afirmar de que en Cuba sí lo es.
—Agrega que «Carecer de ella hace que padezca cada familia, no solo por no poder prender la TV o cargar el teléfono, sino (aún más imprescindible) por quedarse sin opciones para cocinar o conservar los alimentos que precisan de refrigeración. Y padece el país, imposibilitado de poner un pie en el camino derecho del desarrollo urgente que necesita».
—Lo que el país necesita urgente y en concreto es asfalto. Imposible caminar derecho con tantos baches.
—Vicente de la O Levy «levyta» con el asunto de los parques fotovoltaicos. Dice que dos de las razones que explican por qué están distribuidos por todo el país es que «Puede haber sombra, ahora, en el primer parque que inauguramos, en el Cotorro; pero en el de Granma hay sol radiante». A mí no se me hubiera ocurrido.
—A Canel sí. Hace tres años, imagino que entre «risas, abrazos y besos», llamó a que los análisis realizados durante aquellos meses de contingencia permitieran, «en la medida en que la economía se vaya reanimando», trazar estrategias que den mayor estabilidad en el funcionamiento del sistema electroenergético. Reanimar la economía se va haciendo cada día más difícil, no lo logra ni la más sofisticada terapia intensiva.
—Me acuerdo de aquella intervención televisiva del primer secretario, muy instructiva para niños. Una de sus cumbres fue declarar que «Se produce un pico en el horario del mediodía que tiene que ver con el horario de almuerzo donde se elaboran los alimentos, una parte importante utilizando métodos eléctricos de cocción. Lo ideal sería que no hubiera picos y fuera estable, pero eso es muy difícil de lograr porque tiene que ver con la forma en que está estructurada la vida en sociedad».
—Por poco propone cambiar la estructura de la sociedad y acabar de una vez y por todas con la nociva costumbre del almuerzo. Si expresas que es «difícil de lograr» es porque en algún momento te vino a la mente.
—Qué no se le ocurrirá a una mente capaz de manifestar que «de lo que sí todo el mundo puede tener la certeza es de que aquí no hay apagones provocados para molestar a nadie»
—El instante «pico» de ese programa no fue ese, sino cuando le soltó a las cámaras que «Una inversión en termoeléctricas es sumamente costosa para el país, y demora. De inmediato no se logra montar una termoeléctrica. Lleva entre cuatro y cinco años».
—Su Doctorado en Ciencias no tuvo en cuenta de que, cuando se invierte, en algún momento hay que empezar. Hubiera sido triste que, por ejemplo, la mamá del mandatario intentara convencer al papá de que una inversión en parir, amamantar, educar y formar a un presidente es sumamente costosa, puede demorar más de sesenta años.
—Hubiera sido muy prudente de su parte.
comentarios
En este sitio moderamos los comentarios. Si quiere conocer más detalles, lea nuestra Política de Privacidad.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *