“La llegada de la wifi a Cuba ha despertado viejas manías, y también nuevos negocios. Todos tenemos un precio. Y por ahora, en el calor de la primera racha del fenómeno, todo el mundo quiere sacarnos partido. Le zumba”. Es una de las primeras denuncias públicas, del dramaturgo cubano Norge Espinoza desde su cuenta en Facebook, por el hecho de que en varios hoteles se haya comenzado a demandar un consumo mínimo para acceder a la wifi, además del alto costo que ya tiene.
Luego de la inauguración del servicio Nauta en marzo de 2014, las opciones de conexión fuera de centros laborales o educacionales se restringían al espacio físico de las salas de navegación de ETECSA o a los hoteles donde primero fue instalada de forma inalámbrica. También existía la posibilidad de enviar y recibir correos desde los móviles. Así fue hasta la reciente apertura de 35 puntos públicos con wifi en todo el país el pasado 2 de julio, hecho que sumó otras posibilidades.
Los usuarios desde entonces pueden acceder a internet en estos espacios, solo que sentados en aceras, escalones, muros, la raíz de un árbol o sencillamente de pie, a expensas de que todos alrededor escuchen y/o vean cualquier intercambio desde sus dispositivos. Y también pueden acceder sentados en los hoteles, solo que ahora deben pagar más.
Ahora en algunas de estas instalaciones, además de los 2 CUC por hora, “hay que consumir algo”, como explica un trabajador del Hotel Presidente, en el Vedado. Solo el que disponga del dinero podrá navegar con más comodidad.
El viceministro de Comunicaciones, Wilfredo González Vidal, afirmó que “no será el mercado el que regule el acceso al conocimiento en nuestro país”, pero ya existen varias condiciones que regulan el acceso: La primera es el precio, casi una octava parte de un salario promedio a cambio de una hora.
El hecho de poder conectarse a internet desde los dispositivos móviles solamente desde espacios públicos que no tienen las mínimas condiciones de privacidad y confort es otra condicionante. “¿Cómo van a cobrarme solo por sentarme en el portal a utilizar un servicio que ya pagué, carísimo además?”, se pregunta Jorge, de 24 años, a las afueras de ese hotel.
Otra, más importante aún: ETECSA es, hasta ahora, la única empresa que gestiona las telecomunicaciones en Cuba. Por eso, si no desea pagar un CUC por una taza de café expreso en un hotel, debe contentarse con navegar desde la calle.
Desde el momento en que solo se puede acceder a internet en el país mediante sus redes, lo cual implica aceptar las tarifas y condiciones de una única entidad, no podemos hablar de un mercado que podría regular el acceso, sino de un monopolio. Otros nos llaman, a los usuarios, “mercado cautivo”.
Y una última: ¿dónde están las tarjetas de recarga o para navegar por tiempo contratado? Pues también en las calles.
Rápido, competencia
“Ya sé que eres cliente habitual, pero desde el 22 de julio para conectarse en el hotel se está exigiendo algún tipo de consumo. Nos conocemos, pero esto es lo que hay”, le dijo un dependiente del Hotel Kholy a Alberto, que vive solo a unas cuadras de allí. “Pero no importa, mi amiga se sienta afuera, dentro de su carro, y se puede conectar”, le dicen. Vamos, Alberto, ¡sé práctico!
“En el Hotel Barlovento de Varadero es peor, —según publica en Facebook la crítica teatral Vivian Martínez Tabares— tienes que conectarte en la acera, donde hay 3 bancos muy demandados y siempre llenos, aun usando la tarjeta comprada en la carpeta del hotel”.
Ante la respuesta del carpetero del Hotel Presidente, “es lo que orientaron”, intente y llame a ETECSA, 118, a pedir información. Entonces Gladys, o Leydis o Yamila, con sus voces amables le explicarán que “lo que ofrece ETECSA no está en los hoteles, es en La Rampa y los otros puntos de la calle. Los hoteles tienen su wifi cerrado y la manera en que se usan ya es un problema de ellos, no tiene que ver con nosotros”.
Esto podría parecer un atropello relacionado con el derecho de admisión, tan de doble filo, de “protegemos a nuestros clientes”, de “no todo el mundo puede estar aquí”… Según explicó el director de Comunicación de ETECSA, Luis Manuel Díaz Naranjo, se puede navegar “en todos los sitios donde la plataforma de autenticación sea Nauta y donde el punto de acceso no tenga una restricción a solicitud del tercero que la utiliza”.
En este caso algunos hoteles, terceros con contratos,estarían en su derecho de cobrar por el uso de sus espacios. Lo malo es que el derecho del resto de los cubanos y cubanas a navegar de una manera confortable (y de paso con precios más asequibles) no encuentra defensores tan fervientes como las cadenas hoteleras, ni siquiera nuestra Empresa de Telecomunicaciones, a quien le corresponde asegurar mejores y más variadas opciones.
“Lo único que le deseo a ETECSA —vuelve Norge Espinosa— es una fuerte competencia, ¡y lo antes posible!”.
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