A principios de marzo de 2025, una desinformación sobre la aplicación de una supuesta orden ejecutiva de Donald Trump circuló entre la comunidad cubana en ese país. El mensaje —que fue creado por una cuenta parodia— aseguraba que los cubanos con asilo político en EE. UU. que viajaron a la isla serían deportados.
La desinformación se extendió rápidamente en redes sociales y aplicaciones de mensajería. Sin embargo, es sencillo identificar si una orden ejecutiva es real o no.
¿Qué es una orden ejecutiva y en qué se diferencia de una ley?
El artículo II de la Constitución de EE. UU. otorga al presidente el poder ejecutivo, lo que implica la responsabilidad de asegurar que las leyes se cumplan fielmente. Una orden ejecutiva es una directriz escrita y firmada por el presidente que instruye al Gobierno federal a actuar de determinada manera para hacer cumplir las leyes. Puede tratarse, por ejemplo, de ordenar al Departamento de Educación que implemente una norma.
Sin embargo, las órdenes ejecutivas no pueden invalidar leyes federales ni estatutos aprobados por el Congreso. Las leyes deben ser debatidas y sancionadas por el Congreso y luego firmadas por el presidente. Si el presidente las veta, el Congreso puede anular el veto para convertirlas en ley. Las órdenes ejecutivas no pueden reemplazar ese proceso.
La Constitución, además, otorga al Congreso facultades específicas como la recaudación de impuestos, la asignación de fondos y ciertos poderes relacionados con la guerra. La mayoría de las normativas legales que regulan delitos, impuestos o declaraciones de guerra provienen del Congreso.
En ese sentido, el presidente no puede crear nuevas leyes mediante una orden ejecutiva, pero sí puede indicar cómo deben aplicarse las existentes. Por ejemplo, si el Congreso decide legalizar o prohibir una sustancia, el presidente, a través de una orden ejecutiva, puede determinar si la persecución de los delitos relacionados con esa sustancia será prioridad o no para el Departamento de Justicia.
¿Dónde se pueden revisar las órdenes ejecutivas?
Las órdenes ejecutivas se pueden consultar en el Registro Federal, en el sitio web de la Casa Blanca, en los Archivos Nacionales y en el American Presidency Project (aunque existen otros sitios). Importante: la mayoría de esas plataformas solo tienen versiones en inglés.
- La Oficina del Registro Federal (OFR, por sus siglas en inglés) publica diariamente las órdenes ejecutivas en el Registro Federal, les asigna un número consecutivo y permite su inspección pública un día hábil antes de su publicación.
- La página «Acciones Presidenciales» en el sitio web de la Casa Blanca enumera las órdenes ejecutivas vigentes.
- Los Archivos Nacionales ofrecen una codificación de proclamaciones presidenciales y órdenes ejecutivas, además de tablas de disposición que organizan las órdenes por número y por presidente.
- El American Presidency Project, creado por la Universidad de California, en Santa Bárbara, alberga una colección casi completa de órdenes ejecutivas.
¿Qué puede y qué no hacer Trump mediante una orden ejecutiva?
Trump, como cualquier otro presidente, solo puede emitir órdenes ejecutivas dentro de los límites de su autoridad constitucional y sin violar las leyes federales.
La Constitución de EE. UU. establece un sistema de pesos y contrapesos para evitar que un solo poder del Gobierno se vuelva dominante. Lo anterior significa que el presidente no puede utilizar una orden ejecutiva para eludir estos controles ni apropiarse de poderes que corresponden a otras ramas del Gobierno.
Hasta el momento, las órdenes ejecutivas parecen ser la forma de gobierno más utilizada por Trump. Desde que llegó al poder el 20 de enero de 2025 ha firmado más de 80 órdenes.
¿Se puede detener una orden ejecutiva?
El sistema de controles y equilibrios de EE. UU. ofrece varias maneras para frenar una orden ejecutiva:
- El Congreso puede aprobar una ley que revierta la orden, siempre que tenga la autoridad constitucional para legislar sobre el tema.
- Un Tribunal puede declarar que la orden es ilegal si viola la Constitución o alguna ley federal.
- Un futuro presidente puede anular o modificar la orden mediante otra orden ejecutiva.
Actualmente, hay órdenes que están siendo cuestionadas por otras ramas de los poderes públicos. Por ejemplo, el poder judicial paró la orden que pretendía acabar con la ciudadanía por nacimiento en Estados Unidos, una política que se aplica desde finales del siglo XIX.
¿Es Trump el único que ha usado órdenes ejecutivas?
Todos los presidentes de EE. UU. han emitido órdenes ejecutivas. En la era moderna, los mandatarios suelen firmar cientos de ellas durante sus gobiernos. Algunas son rutinarias, como declarar días festivos o luto nacional, mientras que otras han tenido un impacto trascendental.
Por ejemplo, Abraham Lincoln utilizó una orden ejecutiva para emitir la Proclamación de Emancipación y poner fin a la esclavitud en los estados confederados. Franklin D. Roosevelt ordenó la integración de astilleros y contratistas militares, mientras que Harry Truman hizo lo mismo con las Fuerzas Armadas. Lyndon B. Johnson firmó una orden que impuso obligaciones en materia de derechos civiles a los contratistas federales. Más recientemente, Joe Biden ordenó a las agencias federales facilitar el registro de votantes.
Sin embargo, también ha habido órdenes ejecutivas que han resultado en violaciones de derechos. Roosevelt, por ejemplo, ordenó la reubicación forzosa y el internamiento de ciudadanos estadounidenses de origen japonés en campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial.
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