Venta de garaje en La Habana / Foto: Pedro Sosa Tabío
La evolución de las ventas de garaje en Cuba
4 / noviembre / 2021
Varias personas esperan sentadas sobre un muro a un costado de la calle Línea, entre 12 y 14, en el Vedado. Quienes llegan se van uniendo al enterarse de que, como medida higiénica contra el coronavirus, solo podrán entrar en dúos al pequeño local que queda en bajos. Durante la semana el lugar ofrece servicios de agente de telecomunicaciones. Los sábados, hay perchas, cajas con ropa, gafas, sombreros y otros accesorios.
Ana Lilian González alquila ese espacio junto a su madre para organizar ventas de garaje. Desde enero de 2021, comenzó a incursionar en este negocio.
«Lo hablamos entre una amiga y yo, y ella le avisó a su prima —cuenta. Esa primera venta la hicimos en casa de mi amiga, con ropa que recogimos de nosotras mismas, que no usábamos, y a lo mejor de algún familiar cercano. Hicimos un cartel, lo pusimos en los estados de WhatsApp y le pedimos a la gente que lo compartiera, aunque al final la mayoría eran personas que pasaban por ahí y entraban a ver qué había. Nos fue bastante bien, pero no como ahora».
Actualmente, cada una hace las ventas por su cuenta, aunque se mantienen unidas en espacios digitales.
«Para la segunda venta de garaje en la que participé —explica Ana Lilian—, recogí cosas de amistades y así hicieron también quienes la organizaban conmigo. Las personas nos dan las cosas con un precio mínimo y nosotras las vendemos un poco más caras, de ahí salen nuestras ganancias. Para la tercera, tenía cosas de amistades de mis amistades. Después esas mismas personas me fueron trayendo a otras y así sucesivamente. Ahora recojo prendas hasta de personas desconocidas, que me contactan por redes sociales».
Como en su caso, muchos cubanos han optado por esta modalidad para ganar dinero y dar uso renovado a prendas de vestir que aún sirven. Estos eventos, que simulan a los garage sales estadounidenses, no son nuevos. Se vienen efectuando por lo menos desde 2019 y con el paso del tiempo han ido ganando en popularidad, organización y legalidad.
El carácter esporádico se ha convertido en periódico, lo que ha hecho que se modifique también la procedencia de la mercancía. Sería prácticamente imposible tener tanta ropa en desuso como para una oferta constante.
De eventos ocasionales a negocios organizados
Las redes sociales juegan un papel fundamental en la organización de este tipo de negocios en Cuba.
Entre una venta y la otra, quienes se dedican a esta modalidad aprovechan para darse promoción, publican los artículos disponibles y, en ocasiones, logran vender a clientes que se interesan a través de los grupos o por mensajes privados.
Mariam Hernández, quien también se dedica al negocio de las ventas de garaje, se promociona a través de los estados de WhatsApp, en grupos de compraventa en Facebook, y ha creado los suyos para mostrar lo que tiene disponible.
Ana Lilian recuerda que en su primera venta, cuando no habían pensado siquiera en seguir haciéndolas, los asistentes le preguntaban constantemente si tenían un grupo al que pudieran unirse para ver las nuevas mercancías. Ese interés fue el principal factor que la animó a unirse a esa dinámica y a seguir comercializando ropa y accesorios de uso. Evidentemente había una demanda que no estaba cubierta.
El sistema de promoción y ventas online ha sido utilizado por los emprendedores cubanos pese a las dificultades y costos del Internet en la Isla. Las llamadas mulas, personas que compran en el extranjero para vender en Cuba, encontraron en las redes el medio perfecto para hacer crecer sus negocios.
Las ventas de garaje también se asemejan a las perchas, tiendas que se popularizaron en 2010. Este tipo de comercios, que ofertaban fundamentalmente ropa y accesorios, solían realizarse en salas y portales de viviendas privadas. Sus dueños montaban el negocio bajo la licencia de modista o sastre, aunque en muy pocos casos vendían piezas de confección personal, la mayoría eran artículos importados.
Las perchas tuvieron que cerrar tras la publicación de la Gaceta Oficial No. 027 Extraordinaria de 26 de septiembre de 2013, en la cual se especificó que no se incluía «la comercialización de ropa de fabricación industrial o importada».
El destape de las ventas de garaje
Quienes comenzaron a organizar ventas de garaje en Cuba solían hacerlo en calles poco transitadas o en patios traseros, lejos de la vista pública. Las personas temían ser sancionadas, ya que la no mención de ese ejercicio en documentos oficiales dejaba la duda de si era legal o no y, visualmente, se parecían mucho a las perchas.
Con el paso del tiempo, ese cuidado se fue relajando. Al ver que eran muchos los comercios de ese tipo que se hacían y no eran sancionados, las personas entendieron que las autoridades —como se diría popularmente— «no estaban puestas para eso», así que empezaron a organizarlos en mayor cantidad y con menos tapujos.
A la expansión ayudaría la llegada de la Gaceta Oficial No. 66 Extraordinaria de 20 de julio de 2021, en la cual apareció publicada la resolución 97 de 2021, que autorizaba y dictaba las regulaciones para el ejercicio de las ventas de garaje en Cuba. El documento reconocía que la situación del mercado demostraba «la necesidad de flexibilizar las modalidades de comercialización y acercar el comercio a la comunidad».
Entre los detalles más importantes de dicha resolución estaban que, para realizarlas, no se necesitaba ninguna licencia y que los artículos a comercializar eran de uso doméstico y personal y podían ser usados, seminuevos y nuevos.
Con este último elemento se funden las ventas de garaje y las tiendas de ropas traídas del exterior, aunque con la segunda modalidad llevada a escala pequeña, pues la resolución prohibía la comercialización de «lotes de artículos nuevos importados y de la industria nacional».
Los permisos para ejercer la actividad debían ser solicitados al Consejo de la Administración Municipal. Ese organismo también establecería los días en los cuales podían hacerse las ventas y tenía el derecho de cobrar una tarifa mínima por su entrega, que no debía ser mayor a 50 pesos y contribuiría al presupuesto municipal.
En especial este último acápite sigue levantando polémicas, pues a varias personas les pasó lo mismo que a Lilia Laura Martínez, organizadora de ventas de garaje.
«Estuve muchas semanas yendo a la Dirección de Trabajo —oficina establecida por el Gobierno municipal del Vedado para estas operaciones— hasta que comenzaron el trámite. Conociendo como son estas gestiones, que normalmente llevan mucho tiempo, decidí sacar permiso para varios meses —lo cual también autorizaba la resolución—, dos fines de semana al mes, de viernes a domingo, como estableció la Administración del Municipio. Entregué la carta solicitando esos permisos y también el pago, que, con un costo de 50 pesos diarios, fue de 1 500 pesos en total».
Menos de un mes después, salió publicada la Gaceta Oficial No. 70 Extraordinaria de 12 de agosto de 2021, con la regulación 102, que derogaba la pasada resolución 97 y dictaba nuevas regulaciones para las ventas de garaje.
Esta otra resolución es casi idéntica a la pasada, pero elimina el pago de cualquier tarifa por solicitar los permisos. Quienes, como Lilia Laura, pagaron varios meses por adelantado, lo hicieron por gusto.
«Llamé a la Administración Municipal y a la Dirección de Trabajo para ver si iban a devolver ese dinero y me dijeron que había que ver qué se decidía. Todavía sigo esperando una respuesta», cuenta.
A pesar de estos vaivenes, lo cierto es que ahora es legal la realización de ventas de garaje y, al parecer, seguirán teniendo facilidades para su realización.
El pasado 27 de octubre, durante el Séptimo Período ordinario de la Asamblea Nacional del Poder Popular el jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo, Marino Murillo Jorge, admitió una inflación de 222% en los precios de las empresas estatales –por debajo del diseño planeado, explicó– y de nada menos que 6900 % en el mercado informal. Entre las medidas antiinflacionarias tomadas para intentar revertir sobre todo este último número, mencionó las ventas de garaje, e incluso sugirió a la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) que incluyera a estas en sus estudios futuros, pues, según afirmó, la tendencia muestra que contribuyen a reducir los precios aunque admitió que los resultados no fueron los previstos.
Por qué se ha hecho tan popular en Cuba esta modalidad de negocio
La puesta de moda de las ventas de garaje coincidió con una decadencia progresiva en los servicios de las tiendas del Gobierno conocidas popularmente como recicladas, «trapichopis» o «chopitrapos», según la región del país. Muchas habían sido cerradas; algunas se encontraban brindando sus ofertas habituales de aseo y demás productos, pero no ropa; y otras seguían ofertando al público prendas de vestir, pero solo las que quedaban luego de meses de estar en exhibición sin que nadie las comprara, porque no estaban siendo surtidas.
«Ahora mismo estamos en crisis. No sé si es por el problema de combustible del país o porque no hay ropa, pero desde diciembre de 2018 no nos abastecen» —explicaba, a finales de 2019, Mercedes Rodríguez, administradora de una reciclada en el municipio Guanabacoa.
En ese entonces las personas asistían a las ventas de garaje por una combinación de varios factores. Entre ellos, la pérdida del servicio en las recicladas y los bajos precios de los productos que comercializaban, entre 25 y 250 CUP aproximadamente por pieza.
Luego del ordenamiento monetario esto ha variado. Ana Lilian, por ejemplo, declara que vende sus productos en un mínimo de 50 CUP y un máximo de 600, aunque llega a vender algunos hasta en 1 000, si son nuevos o muy exclusivos.
Sin embargo, las tiendas estatales donde se oferta ropa nueva han pasado, en su mayoría, a vender en moneda libremente convertible (MLC), a precios muy elevados.
Las mulas también han tenido que subir los precios. Para ponerle precio a la ropa que traen, multiplican el precio de cada prenda en el exterior por el costo de la moneda utilizada en el cambio informal de Cuba (si un pantalón costó 20 euros, por 87, serían 1 740 CUP), a eso le suman una cantidad por encima para pagar, entre todo el lote, el precio de los pasajes, y luego un extra para su ganancia personal. De este modo, en una búsqueda rápida en Revolico, se pueden encontrar pantalones, vestidos y otras prendas en 2 000 CUP y hasta más.
Ante esos precios, muchas personas eligen comprar en las ventas de garaje, ya sea de forma virtual o física, lo cual les asegura a estas un público masivo.
En Alma Garaje, el espacio de Ana Lilian, han tenido que recurrir al método, utilizado por las tiendas estatales, de repartir tickets numerados para organizar la cola, y han llegado a repartir más de 80 números de una vez. Así mismo, comenzaron con un solo grupo de WhatsApp y van por 18, pues el límite de la red social es de 257 personas por cada uno. O sea, tienen más de 4 000 personas que siguen sus ofertas por esa vía.
Muchos esperan que la próxima apertura de fronteras ayude a entrar más monedas extranjeras al país, baje el precio de cambio de estas y también el costo de las prendas traídas del exterior; pero, de momento, son las ventas de garaje las que acaparan la mayor parte del comercio de ropa, y al ser la opción legal y más atractiva para el público, parece ser que así seguirá siendo, al menos por un tiempo.
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