A sus 21 años, Darío Curbelo decidió abandonar la Universidad y emigrar en busca de un futuro profesional que, afirma, no veía en Cuba. Desde hace aproximadamente cuatro años vive en los Estados Unidos, destino más codiciado por la diáspora cubana.
Desde allí Darío sigue de cerca los cambios y los debates sociales que se suscitan en la Isla.
“Los emigrados cubanos formamos parte de la nación cubana; creo que casi ningún cubano emigra de Cuba simplemente porque sí, lo hacen por motivos económicos o sociales o, como me pasó a mí: una mezcla de todos esos factores, más el deseo de poder crecer en todos los sentidos como persona, y tener mejores oportunidades”, opina Darío.
Según la Constitución vigente la ciudadanía cubana nunca se pierde; aunque en su artículo 32, tampoco acepta la doble ciudadanía. Las discusiones acerca de la pertenencia o no de los emigrantes a la nación han ocupado varias generaciones dentro y fuera del país. Sin embargo, es indudable el impacto que históricamente han tenido estos, desde el exterior, en las dinámicas internas.
Quizás lo más conocido es el amplio apoyo que recibió José Martí de los emigrados cubanos residentes sobre todo en Tampa y Cayo Hueso. Sin los recursos recaudados por ellos, no hubiera sido posible la Guerra Necesaria.
En los últimos años, las remesas enviadas a los cubanos desde el extranjero, según algunos economistas, superan varios sectores estratégicos de la economía cubana; solo procedente de la nación norteamericana, en el 2016 las cifras se estiman en 3 444 millones de dólares.
El éxodo cubano abarca unas 120 naciones y, en al menos 70 de ellas, han llegado a constituir comunidades de importancia.
Para Reyné Javier Hernández, joven de 26 años quien vive en España desde el 2016, las remesas y las recargas constituyen una vía fundamental para ayudar a sus padres desde el extranjero, pues este fue uno de los motivos por los que decidió marcharse.
Los ingresos asociados a las recargas telefónicas a celulares desde el exterior son igualmente considerables. Al cierre de 2016 —cuando el país contaba con cuatro millones de usuarios— se valoraban en alrededor de $200 millones. Se estima que ese número haya aumentado dado el incremento a cinco millones de líneas móviles activas.
Darío Curbelo considera que: “los emigrantes cubanos podríamos tener un papel importante en el futuro de Cuba, porque ya vivimos en una sociedad diferente a la nuestra, conocemos formas diferentes de hacer las cosas, conocemos un poco más del mundo, y esta experiencia podría ayudarnos a mejorar lo que está mal en nuestro país”.
Además, en las redes sociales han creado páginas y grupos para compartir informaciones, chistes, fotos y otros datos, como manera de mantenerse en contacto con sus raíces. Como Cuba y cubanos somos todos!!!! o CUBANOS UNIDOS POR TODO EL MUNDO.
Según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), al cierre del 2016, de los 4 millones 9 mil 169 visitantes a Cuba, unos 427 mil 747 (8,7 %) pertenecían a la comunidad cubana en el exterior. Algunos de ellos incluso se han repatriado.
Para Daniela Morejón, estudiante de Economía de la Universidad de La Habana, estos emigrados constituyen “parte inseparable de nuestra cultura extendida; un potencial humano también comprometido con la Nación Cubana, que se llaman con orgullo a ellos mismos, en el caso de los que viven en los Estados Unidos, y no por gusto, comunidad cubanoamericana”.
Darío Curbelo y Reyné Javier Hernández son de esos que se consideran simplemente cubanos, a pesar de vivir fuera de la isla. Para Curbelo Cuba es, y siempre será, su país: “ahí nací (…) y quisiera que mis hijos algún día sintieran el mismo sentido de pertenencia que siento yo, y que cuando lo visiten se sientan orgullosos de sus raíces y quisieran volver siempre, como me pasa a mí. Además, en Cuba vive la mayor parte de mi familia y muchos de mis mejores amigos; por tanto, por supuesto que pienso en Cuba y deseo que mejore cada día, creo que todos los cubanos, vivan dentro o fuera, desean lo mismo”.
Emigrar no es sinónimo de abandono u olvido; la historia, al menos la cubana, así lo ha demostrado.
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