A pie, en camiones, a caballo, la doctora Yanet Díaz sube montañas y también cruza ríos para llegar a Buey Arriba, una de las zonas más apartadas de la provincia Granma, en la región oriental de Cuba. Confiesa que el trayecto vale la pena solo para ver las sonrisas, el aliento de vida recuperado y las esperanzas de personas necesitadas a las que entrega material sanitario donado por el proyecto Ayuda a Cuba, del cual forma parte.
«El proyecto es una muestra de solidaridad, hermandad y humanismo hacia las personas más vulnerables de nuestro país. En mi zona, que se ubica en lo más intrincado de la montaña, se han beneficiado más de 30 pacientes; a todos se les cubre sus necesidades básicas mensualmente», explica a elTOQUE.
Ayuda a Cuba cuenta hasta el momento con nueve equipos regionales en diferentes zonas del archipiélago cubano, donde se trabaja en conjunto con los colaboradores y coordinadores que envían el material sanitario desde España.
La labor de Díaz consiste en identificar los problemas de salud de cada persona, diagnosticar sus patologías y priorizar sus necesidades en dependencia de la vulnerabilidad. Su trabajo como médica se ha facilitado, al tener en mano insumos con los que no contaba, como sondas vesicales y nasogástricas, colectores de orina, guantes, jeringas, agua oxigenada, vendas, torundas, adhesivos antiescaras, cabestrillos, esfigmomanómetros, estetoscopios, termómetros, cinta métrica.
«Mi zona está hermanada con la región de Andalucía, España. Trabajamos en conjunto, pero mantenemos contacto con el personal de otros territorios españoles como Toledo, La Coruña, Barcelona; es decir, todos conocemos cada paso, cada movimiento, cada donación, cada entrega… somos uno, somos una familia», afirma Díaz.
¿Cómo funciona el proyecto Ayuda a Cuba?
La profunda crisis estructural y sistémica que atraviesa el archipiélago cubano ha motivado diversas iniciativas de solidaridad destinadas a los sectores más vulnerables. Desde España, Estados Unidos y México —principales epicentros de la diáspora cubana— se han enviado varias donaciones de material humanitario al país.
Ayuda a Cuba surgió en agosto de 2021 en Córdoba, España, para responder a la agudización de la pandemia de COVID-19 en el archipiélago y la urgencia de ayuda humanitaria.
El proyecto opera desde diferentes regiones en España, impulsa campañas de recogida, clasificación, envío y distribución de artículos de primera necesidad. Además de cubanos, colaboran personas migrantes de diversos países de Latinoamérica, españoles y europeos en general.
A Córdoba llega el material sanitario recogido y clasificado en el resto de las ciudades que participan en cada campaña: Barcelona, Madrid, La Coruña, Toledo, Oviedo, Bilbao, Valencia, Ciudad Real, Mijas Costa, Zaragoza, Málaga, Granada y Sevilla. Desde la ciudad andaluza las valijas viajan a Madrid donde se entregan al viajero correspondiente.
Al llegar a La Habana, el equipo encargado recoge la maleta y planifica las entregas. El proyecto tiene actividad en Pinar del Río, La Habana, Isla de la Juventud, Matanzas, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo.
Los equipos regionales en Cuba están compuestos por profesionales de la salud que realizan trabajo de campo y corroboran las necesidades de personas vulnerables en su entorno. Una vez que reciben los insumos, también se encargan de planificar y entregar las ayudas a pacientes que conocen y han visitado, luego de que hicieran contacto con el proyecto y solicitaran asistencia a través de su página en Facebook.
«Las entregas de material sanitario que se realizan en Cuba están avaladas y efectuadas por un profesional de la salud. Además, quedan registradas en el sistema informático que controla la gestión de todo el material humanitario. En las ciudades y en las zonas rurales se hacen las entregas priorizando de la más urgente a la menos», comenta a elTOQUE Ivonne Albertus, coordinadora general de Ayuda a Cuba.
En diciembre del presente año se cerró la III Campaña en España y la última fase de distribución en Cuba. La entrega de los materiales está organizada según los siete hermanamientos que el proyecto ha implementado a lo largo de sus 18 meses de existencia (Galicia-Pinar del Río, Madrid-La Habana, Barcelona-Matanzas, Bilbao-Cienfuegos, Asturias-Ciego de Ávila, Andalucía-Granma, Castilla La Mancha-Santiago de Cuba, Guantánamo y la Isla de la Juventud). Los miembros de los equipos regionales se mantienen en constante comunicación, a través de 12 grupos de WhatsApp ordenados por regiones o funciones.
Los hermanamientos han permitido al proyecto establecer un vínculo más directo entre las personas de ambos países. Así, los donantes de una región saben hacia dónde va el material y hacen un seguimiento del tratamiento de los pacientes y las familias receptoras de las ayudas. También ha sido útil para localizar cualquier entrega que necesite ser modificada o cancelada; así como para crear grupos de apoyo que localicen y asistan a los pacientes más vulnerables.
Una de las pautas del proyecto es llevar material hasta las zonas de más difícil acceso; por ejemplo, regiones como Mantua, Yateras, Moa, Baracoa y las montañas de Buey Arriba. De agosto de 2021 a diciembre de 2022 han viajado a Cuba 19 maletas de 23 kilogramos que han sido distribuidas en nueve provincias, con alrededor de 300 entregas documentadas.
¿Cómo se puede colaborar con Ayuda a Cuba?
Según declaran sus miembros, el trabajo de Ayuda a Cuba es muy variado, y se puede colaborar de numerosas maneras. Si el voluntario va a viajar a Cuba, o conoce a alguien que viajará en los tres meses siguientes, podría colaborar llevando una maleta de las que están pendientes en Madrid, previamente facturada por el proyecto y que llegaría al viajero con antelación.
Si suele viajar con periodicidad dentro de España, podría colaborar en la transportación de paquetes o maletas entre las ciudades participantes en la campaña. En caso de que viva en alguna de las ciudades coordinadoras (Madrid, Barcelona, Toledo, La Coruña o Córdoba), podría ayudar en la clasificación, etiquetado y empaquetado del material sanitario de donación.
Si el voluntario vive en alguna de las ciudades participantes (Oviedo, Bilbao, Zaragoza, Sevilla, Ciudad Real o Granada), podría participar colocando valijas solidarias en negocios de su localidad. Quienes vivan en alguna ciudad no participante en la campaña, pueden unirse al proyecto y crear su propio equipo regional de trabajo, el cual se adheriría a la estructura del proyecto y al sistema de trabajo grupal.
«Si no tienes tiempo para dedicarle al proyecto, podrías colaborar compartiendo nuestras publicaciones, difundiendo nuestros carteles, comentando a conocidos sobre los detalles del proyecto, o aportando recursos en la recaudación mensual para la facturación de las maletas. Cualquier ayuda o colaboración es más que valorada, y cualquier disposición es más que apreciada», precisa la convocatoria del grupo.
Albertus añade que entre los objetivos de la etapa en la que se encuentra el proyecto está concebir nuevos mecanismos de recogida y envío de material humanitario a Cuba, sensibilizar aún más a la ciudadanía española, establecer equipos de coordinación regional en las ciudades donde aún la organización no tiene actividad y fomentar la colaboración con otras asociaciones, proyectos humanitarios, ONG o grupos de personas que compartan principios humanitarios similares a los de la organización.
«Otro aspecto fundamental, y quizá el más importante y vital del proceso, es encontrar turistas solidarios que nos contacten para lograr poner en suelo cubano las maletas clasificadas y facturadas por la organización», afirma la coordinadora general de Ayuda a Cuba.
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maria crespo hernandez