Hace poco llegó a mí ese video que circula de mano en mano, donde de manera a veces absurda y radical se empeñan en disminuir lo que el emprendimiento significa para Cuba. Es el primer vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros, en una conferencia de trabajo político ideológico a cuadros del país. La sensación que deja el video es de pura incredulidad, más que de concientización de la ideología.
El rechazo y desvalor que allí se le da al sector privado atenta no sólo contra el desarrollo de la nación, sino que fortalece una actitud irresponsable hacia una parte de la población cubana que cada vez crece más. Una cosa es montar una plataforma neoliberal en Cuba (entiéndase desregular todo el país) y otra muy diferente es abrir la economía y encontrar formas de dinamismo y eficiencia que hoy las empresas estatales no alcanzan. En dicha conferencia estas diferencias no se aclaran.
El sesgo ideológico no debería alimentar la ceguera económica, de lo contrario estaremos llamados a repetir los mismos errores una y otra vez. La visión de un Estado viviendo en armonía con el sector privado viene desechada en este análisis. De nada sirven los ejemplos que significan China y Viet Nam o las miles de comunidades desarrolladas, en todo el mundo, a golpe de la inclusión social y económica que ofrecen los emprendimientos.
Lo serio del asunto es que este discurso no permite el cambio de mentalidad que necesita nuestro país y nuestros dirigentes, sino que contradice lo que el propio presidente Raúl Castro expresara en su discurso a la Asamblea Nacional el 14 de Julio de 2017, cuando aseguró que no se permitirían estigmas o prejuicios hacia el trabajo no estatal.
Este material no convence en su radicalidad, sino en que la solución para la sostenibilidad del proyecto cubano no está en ver fantasmas y enemigos en todo lo que es diferente. La solución es tener una actitud de mayor inclusión y entendimiento. El patriotismo no es un derecho exclusivo de una ideología o de unas pocas personas. Los cuentapropistas entendemos tanto de antimperialismo e intervenciones foráneas como de excesos y sesgos internos en nuestra contra.
¿Cuántas veces han escuchado nuestros dirigentes las propuestas y criterios de los emprendedores? ¿En qué resoluciones y toma de decisiones han incluido las necesidades reales de este sector? ¿A cuántos negocios se han acercado? Querer ayudar al municipio, provincia y país donde uno vive no es un derecho que alguien da, es un deber cívico.
En lugar de colocarnos en aceras diferentes sería mejor acercarse al emprendedor cubano y escuchar lo que los informes ministeriales ocultan o desechan. Y para apoyar los próximos análisis de trabajo político ideológico dejo algunas verdades que no vi mencionadas sobre el cuentapropismo:
1. Ha generado empleo a más de 560 mil personas. Cerca del 12% de la fuerza laboral del país y una tercera parte de lo que el Estado necesita desmovilizar de sus empresas.
2. Según el Habana Consulting Group, significa cerca del 18% del mercado cubano. Incluso en condiciones mínimas de existencia y derechos.
3. Los emprendimientos cubanos han multiplicado por tres el poder adquisitivo de la población, eso si tomamos como referencia los 740.00 pesos MN anunciados como salario medio en el país por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
4. Los distintos proyectos de capacitación en negocios contribuyen a formar un pensamiento de desarrollo comunitario y de responsabilidad social que el Estado y sus diferentes instituciones no han logrado generar.
5. Gracias al emprendimiento privado menos jóvenes cubanos han visto como única solución para sus sueños y necesidades la emigración a otros países.
6. El sector privado existe y compite en un entorno sin capacidad jurídica, posibilidad de asociación, negativa a contratos con el sector estatal, ausencia de mercado mayorista, exceso de regulaciones, alcance social limitado y sistema impositivo abusivo.
7. La existencia de los negocios privados ha contribuido a elevar la competitividad en el destino Cuba, así como a brindar servicios a una gran parte de esos 4.7 millones de turistas extranjeros que se esperaba llegaran este año.
8. Han aumentado las remesas familiares hasta 3 400 millones de dólares en 2016, y parte de ese dinero han sido inversiones directas a los emprendimientos del país. Dinero que sirve para el pago de la deuda externa y la compra de bienes en el exterior.
9. Los emprendedores cubanos declararon 5100 millones de pesos por concepto de ingresos en 2016, a partir de los cuales aportaron impuestos que no son despreciables como aporte al gasto público. (*)
10. Gracias al sector privado se han incrementado los flujos financieros y se ha generado un consumo y ahorro nacional que hacía más de 30 años se había perdido.
Los emprendimientos y sus emprendedores no deben ser vistos como hijos no deseados, sino como complemento a lo que el Estado no puede y a veces no debe resolver. Un enfoque de aproximación e inclusión sería más aplaudido que el de censura y minusvaloración.
(*) En la primera versión de este texto se presentó erróneamente el dato de 5100 millones de pesos pagados como tributos, cuando en realidad se trata de los ingresos declarados en por los cuentapropistas en el año 2016, a partir de los cuales pagaron sus impuestos. La edición del texto ofrece disculpas por la confusión.
comentarios
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Verónika Lorient
De este artículo me llama mucho la atención lo siguiente: “Los emprendedores cubanos pagaron 5100 millones de pesos por concepto de tributos en 2016, con los cuales aportaron una cifra notable al gasto público.” Y….., cuál fue el aporte, cuál fue el destino realmente de esa cifra millonaria, no sé, que alguien me diga, porque yo sigo viendo y sintiendo el mismo problema en el transporte público, en los establecimientos de servicio estatales, sigo viendo las calles de La Habana con las mismas pésimas condiciones…. por solo citar algunos ejemplos.
Cathy
rosa
David López Batista
El autor señala que el poder adquisitivo de la población se ha visto triplicado gracias al influjo de este sector. En primera instancia el sector privado cubano no es el único que genera ingresos fuera de los salarios estatales. El autor prefiere no mencionar al sector cooperativo cubano, tanto el de presencia de larga data en la economía cubana en el caso de la producción agropecuaria, como el mas reciente aplicado a la producción y servicios no agropecuarios. Los ingresos de este sector no forman parte del dato ofrecido por el MTSS de 740 cup como salario medio. En este punto el trabajo que comento parece altamente sesgado por los intereses del sector que el autor representa; no se espera menos, pero se podría haber sido más exacto. Por otra parte, el autor nos ofrece este dato (el aumento del poder adquisitivo) como totalmente concluyente lo cual resulta dudoso y en cualquier termino altamente riesgoso para el prestigio del autor. Advierto ademas que las categorías ingresos y poder adquisitivo están relacionadas pero no debemos identificarlas totalmente. El poder adquisitivo relaciona los ingresos con los precios. Sin poner en duda el efecto positivo del sector privado en los ingresos personales, no es despreciable, tampoco, el aumento de precios que el propio sector ha provocado a través de diferentes mecanismos, algunos relacionados con las condiciones de escasez de la economia cubana. De cualquier manera este aumento de los precios es real y me lleva a otro analisis que al parecer el autor ha preferido dejar de lado. Me refiero a que el aumento de los ingresos que el autor alaba no se ha manifestado de manera homogenea en toda la sociedad cubana, ni a lo interno del sector. Existen personas vinculadas al sector cuyo aumento de los ingresos no ha sido equivalente al triple de los ingresos en el sector estatal, y existen otros para los cuales el aumento puede estar en el orden de las 70 veces si asumimos ingresos mensuales individuales de 2000 cuc. Esta cifra puede parecer alta pero no es lejana a lo que puede percibir el dueño de un negocio medianamente grande y exitoso en La Habana de hoy, y creo que estoy estoy siendo un tanto conservador. Este aspecto de desigualdad en la distribución del aumento del ingreso no me parece deba ser soslyada de cualquier discusión sobre el sector privado cubano actual.
En el punto 6 de el trabajo que comento el autor asevera que el sector privado cubano está sujeto a una” negativa a contratos con el sector estatal”. Esto es, sin paños tibios, una inexactitud. Debemos discernir entre un posible desconocimiento por parte de los directivos de las empresas estatales o los empresarios privados, que conlleve al no establecimiento de lazos contractuales entre ambos; y la total imposibilidad (amparada en al negativa legal explicita) de establecerlos. Otro aspecto en el cual se aprecia amplia inexactitud a mi juicio es en el caso del llamado “exceso en las regulaciones” a las que se ve sujeto el sector privado cubano. Yo diría, en cambio, que la causa de muchos de los problemas como de las bienaventuranzas del sector, se encuentra en la ausencia de reglamentaciones mas que en su exceso. Por ejemplo, está normado el salario minimo? Estan normados los derechos a las vacaciones? Está normada la duracion de la jornada laboral? Está normado el derecho de nuestras mujeres a disfrutar de licencia de maternidad al estar empleadas en este sector? El autor estará de acuerdo conmigo en que no lo están, disminuyendo grandemente el poder negociador de los empleados ante su empleador, promoviendo el establecimiento de vínculos a veces a veces abusivos. Por supuesto que coincido con el autor en la redacción y aprobación de una ley de empresa y otra de cooperativas a fin de establecer reglas claras para el desenvolvimiento de estos sectores.
Otro análisis merece la cifra que el autor nos ofrece sobre los tributos pagados por el sector. Se nos ofrece la cifra de 5100 millones de cup y un link para corroborar esta información. El citado link nos remite a un articulo de Cubadebate del 7 enero de 2017. En el se afirma, y cito: ” los cuentapropistas declararon ingresos brutos por cinco mil 100 millones de pesos en moneda nacional, superior en mil 275 millones de pesos a lo refrendado en el ejercicio fiscal anterior”. Se aprecia como el autor decide utilizar la cifra de ingresos declarados como tributos pagados. Un insulto a los lectores, ciertamente…
El punto 10 del análisis es, a mi vista, oscuro. Que entendemos por flujos financieros? Y, sobre todo, estos flujos que el autor asevera que han aumentado, ¿cual es su origen y su destino? Que entiende el autor por ahorro nacional, y sobre que base afirma que el sector privado ha aumentado este a niveles similares a los de hace 30 años. Que cifras (reales, contrastables) maneja el autor para afirmar como lo hace? De nuevo, se aprecia aquí un inexactitud en los argumentos del autor que para nada prestigia la defensa que hace del sector privado cubano.
Para nada cuestiono la defensa que hace el autor del sector por cuenta propia. Considero que el ejercicio de la opinión debe ser promovido a fin de lograr espacios de inclusión y consenso. Pero de ninguna manera me parece correcto que se ofrezcan datos sesgados, e incluso falsos, o que se soslayen elementos centrales del debate en cuestión.
Estimo que, a la luz de las inexactitudes detectadas en este trabajo, el autor debería ofrecer publicas disculpas a los lectores de “El Toque”, medio el cual, por su parte, debería retirar este trabajo su web.
rosa
David López Batista
Mi objetivo, aclaro, no es desacreditar al autor. Apunto, mas bien, que el autor ha caído, inevitablemente en el descredito al manipular de manera evidente determinados datos. No se que opinion le merece este elemento, o que reacciones se verían suscitadas en usted si la manipulación viniera de un autor “oficialista”.
Lo molesto del articulo no es la opinión del autor, esta es enteramente respetable ( en tanto opinión), sino yo también estoy dispuesto a defender al sector, pero con seriedad, no con mero caracter propagandistico como hace el autor. Si queremos que sea válida la defensa, esta debe hacerse desde la honestidad mas completa en cuanto a cifras y fuentas. En ningún modo me convenceré de que la actitud del autor es aceptable, y es por eso que moralmente me siento obligado a pedir que el texto sea retirado.
Riury
Ante todo quiero agradecer su intervención respecto al documento en cuestión y su análisis serio y respetuoso. Si me permite quiero dedicar mi punto inicial a reconocer que el dato de 5100 millones de pesos como impuestos pagados por los TCP es incorrecto, más se debe a un error de edición que yo mismo cometí queriendo plantear los impuestos que sobre esos ingresos se pagaron en ejercicio anterior. Ante tal error, no tengo menos que (tal y como usted justamente solicita) pedir perdón a los lectores y solicitar su reparación lo antes posible.
Respecto al resto de los elementos a los que usted hace mención, creo seriamente entramos en el plano de la interpretación, en función de los intereses de cada parte. La mía es potenciar el sector privado cubano y contribuir a que este se desarrolle en un marco jurídico justo y transparente. Donde los entes reguladores ejerzan adecuadamente su papel, tanto por los excesos como por los defectos.
En relación a los salarios, coincidirá usted conmigo que un simple estudio revelaría que un trabajador contratado en el sector gastronómico gana entre MN 50.00 y MN 250.00 por cada día laboral, un plasticador (los hay en cada dirección municipal de Trabajo y Seguridad Social) más de MN 50.00 por cada día, un tenedor de libros (trabajo que yo mismo desempeñé un tiempo) de CUC 20.00 en adelante por cada negocio al que le lleva la contabilidad. Así puedo seguir con los fotógrafos, bicitaxis, taxis, arrendadores, carpinteros, electricistas, plomeros, dueños de cafeterías y restaurantes y resto de licencias. ¿No le parecen a usted datos suficientes para justificar la triplicación del salario promedio? Si decidí no mencionar otros sectores donde hay ingresos semejantes (es el caso de los que trabajan en el Mariel o en las firmas radicadas en el país o las cooperativas) es porque los TCP son más de 560 mil personas y los otros una cifra mucho más pequeña. Pero lleva usted razón, si los sumamos son muchos más los que con sus ingresos y pago de impuestos aportan para disminuir esa brecha con los salarios del sector estatal y poder aumentar el poder adquisitivo de estos ante el aumento de precios que hemos sufrido en los últimos años (y las causas de esto son disímiles, achacársela a los TCP además de injusto es erróneo pues el problema de base está en la oferta que es limitada).
El volumen de mercado al que se refiere el HavanaConsultingGroup no es desdeñable y sacando las cuentas a las proyecciones que ellos hacen (cosa que hice varias veces), pareciera totalmente posible. Que queramos reconocer ese dato o no es otra historia. Pero se muestra factible y son los únicos que han presentado información al respecto con valores cercanos a nuestra realidad. ¿Por qué no tenerlo en cuenta en mi artículo? Le recuerdo que este, es un artículo de opinión y no uno científico. En cuanto a contratos estatales, no hay medias tintas, han sido detenidos y de manera masiva. Si bien quedan muchos en operación, pareciera que la palabra de orden es hasta nuevo aviso. La regulación jurídica lo permite, pero la normativa interna lo bloquea.
Usted puede creer que existe falta de regulaciones y respeto su punto de vista, pero la realidad que vivimos los cuentapropistas es que para una misma actividad son múltiples los organismos que le regulan su operatividad y el marco jurídico para actuar es confuso y expuesto a la interpretación y sesgo de cada funcionario. Unos dicen sí y otros no a la misma pregunta. Si no lo cree, lo invito a pasar por el proceso. Respecto a sus preguntas de si existen normativas sobre salarios mínimos, vacaciones, licencias de embarazo; muchas de ellas se contemplan en el código civil cubano y tan sólo requieren que el ente regulador (Ministerio de Trabajo y Seguridad Social) se encargue de velar por ellas. No hacerlo es un retroceso que no se puede permitir en este país.
Sobre los flujos financieros y el ahorro en la población, no creo requiera tanta explicación. Tan sólo tenga en cuenta la cantidad de cubanos (residentes en Cuba) viajando al extranjero, alojándose en hoteles de Varadero y los cayos, la compra-venta de casas y carros (¡y a los precios que están!), la cantidad de negocios que han abierto en el país, la oferta de préstamos bancarios para capital de trabajo e inversión. ¿No cree usted que son razones suficientes para hablar de aumento de flujos financieros y de ahorro en la población? Compárelo con la década de los 90 y la primera de los 2000 y verá.
Una vez más, pido disculpas por la forma errónea en que apareció el dato de los 5100 millones de pesos. Le agradezco su aclaración, en tanto me alejo de la posición de descrédito a la que quiere llevar el artículo y mi persona. En todo caso, le invito a que escribamos en conjunto un artículo con ambos puntos de vista. Al fin y al cabo su comentario es también de opinión y es legítimo, tanto como el mío.
Rosa
Adriana