Tres veces han perdido su vivienda dos ancianos que viven en Consolación del Sur, provincia Pinar del Río. Tres veces han vivido el desamparo tras el paso de un huracán. En ninguna de las tres ocasiones han tenido cómo ni con qué reconstruir su vivienda.

Él, a sus 78 años, está casi ciego. Mientras pudo trabajar, lo hizo de chofer, lo que le sirvió para obtener una pensión mínima de alrededor de 1 500 CUP. Ella, a sus 67 años, ha dedicado más de una década de su vida al rol de los cuidados. Primero cuidó a su madre con demencia senil y en la actualidad se encarga de su esposo. 

«Viven de lo que caiga, para qué les cuento. Limpiar una casa, hacer un mandado y todas esas actividades que se hacen en la economía informal y que no son remuneradas ni reconocidas laboralmente», cuenta a elTOQUE un familiar de la pareja que pide anonimato.

Pinar del Río, ubicada en la zona más occidental de Cuba, tiene una larga historia de huracanes y acumula considerables atrasos en la reconstrucción de las viviendas afectadas por esos fenómenos meteorológicos extremos.

Vivienda de los ancianos en Consolación del Sur antes del paso del huracán Ian (2022)

La primera vez que los ancianos de Consolación del Sur perdieron su vivienda fue en 2004, como consecuencia del paso del huracán Iván, categoría cuatro. De acuerdo con un reporte de elmundo.es, Iván tardó más de cinco horas en salir de la zona occidental de Cuba, registró rachas de 200 kilómetros por hora y dejó un saldo de, al menos, 70 muertos en el Caribe, ninguno en Cuba.

En 2008, Gustav, con categoría cinco, volvió a provocar daños considerables en esa región de la isla. Una cronología de la Agencia Cubana de Noticias reseña que «ocasionó 19 heridos, más de 100 000 viviendas dañadas y destrucción de los tendidos eléctrico y telefónico». Entre los afectados, estuvieron otra vez los ancianos de Consolación.

El huracán Ian, en 2022, destruyó todo lo que le quedaba a la pareja. Entró en la madrugada del 27 de septiembre con categoría tres a Pinar del Río. Registró vientos máximos sostenidos de 201 Km/h. El ojo del huracán transitó durante hora y media por la ciudad capital de la provincia. Tras su paso dejó un apagón total en la isla, dos muertes y cuantiosos daños. El titular del periódico oficial Granma al día siguiente parecía una burla: «Lo que no sabía Ian, hoy es día de victoria», en alusión al aniversario de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).

Ni el «entusiasmo revolucionario» ni la pírrica victoria de la que alardeó la prensa estatal les devolvieron a los vecinos pinareños sus casas. Durante los tres derrumbes que vivieron los ancianos, solo recibieron del Gobierno local una bolsa de clavos, según relata el familiar. 

Con lo poco que les dejó Ian de la casa anterior, armaron la vivienda que tienen hoy, de una sola habitación y con dimensiones bastante estrechas.

Vivienda actual de los ancianos en Consolación del Sur

En el frente de la casa tienen un tanque que una sobrina les compró hace algunos años y en el que almacenan agua. En la zona donde viven el servicio de agua puede demorar hasta 30 días. En el techo han puesto una lona que les regaló un conocido para evitar las constantes filtraciones.

El año pasado, las autoridades locales les comunicaron que eran un caso prioritario y les prometieron que los apoyarían en la reconstrucción de su casa. Hasta el momento, la promesa se ha materializado en un poco de arena que les llevaron. Nada más.

Los ancianos tienen una hija y un nieto que viven lejos y de vez en cuando les dan una vuelta, pero también son personas con escasos recursos.

«El retiro de un par de abuelos no es suficiente para hacer frente a un desastre como un huracán. El Gobierno no se hace cargo de sus responsabilidades y ellos son una de las tantas familias de cubanos cuyo trabajo y salario nunca ha sido suficiente para procurarse una vivienda digna por sí mismos, sin depender de las sobras del Gobierno», lamenta el familiar.

En 2024, la prensa estatal cubana reconoció que dos años después del paso del huracán Ian —que dejó afectaciones en las viviendas de más del 50 % de los núcleos familiares en Pinar del Río— se habían recuperado 59 860 de las más de 102 200 afectaciones, lo que representaba el 59 % del total. Consolación del Sur, entre las localidades con más daños, se encontraba apenas en el 53 % de la recuperación.

En junio llegará la próxima temporada ciclónica y no habrá nada más que llevarse ni siquiera las esperanzas. 

Fondo de la vivienda de los ancianos en Consolación del Sur.

Lona que cubre el techo para paliar las filtraciones.

La señora de la casa ansía tener un jardín y vivir sin el temor de que el techo le caiga encima.