La reciente reunión del Ministerio de Agricultura de Cuba dejó más dudas que respuestas sobre la grave crisis alimentaria que atraviesa el país. Con un discurso retórico y sin datos concretos, el Gobierno insiste en soluciones administrativas como contrataciones forzadas y topes de precios, mientras la producción sigue desplomándose.
Los alimentos y bebidas no alcohólicas siguen siendo el mayor impulsor de la inflación, lo que demuestra que la escasez no es solo un problema de distribución, sino resultado de una política económica fallida que prioriza el turismo sobre la producción agrícola.
En este video analizamos las cifras oficiales, el impacto de estas decisiones en la vida de los cubanos y la falta de inversión en el sector agropecuario. Mientras los dirigentes hablan de insatisfacción, los campesinos enfrentan precios irreales, falta de insumos y un sistema que desincentiva la producción.
¿Cómo se afecta el bolsillo de los cubanos? ¿Qué consecuencias tendrá para la inflación y la seguridad alimentaria?
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Abdel Merconchini.
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