Claudio Hill y Joel Muwanga, del proyecto Buena Vista Ghetto Kings. Foto Pablo Dewin Reyes Maulin.
Otra vez no hubo rap en Alamar
2 / agosto / 2018
El evento empezó con reguetón. Sobre las 10 de la noche. Este viernes, 27 de julio. Y los raperos, que no tienen nada en contra del reguetón —pudo haber sido jazz o merengue—, empezaron predispuestos porque, dicen, en un Festival de Rap que se respete tiene que sonar rap.
Hace dos meses, directivos de la Casa de Cultura de Alamar contactaron a Claudio Hill y a Joel Muwanga, del proyecto Buena Vista Ghetto Kings. Les preguntaron si podían asumir la organización del Festival. Tenemos presupuesto, les dijeron: 20 000 pesos. Ellos accedieron. Tenían un estudio independiente, contactos en Alemania, horas Nauta y un montón de raperos ilusionados, sin muchos espacios donde cantar y con la nostalgia viva por los Festivales de Rap en Alamar de los 90, que fueron legendarios, que pusieron a Cuba en el mapa del hip hop global.
La idea: retomarlos. Desde que se hizo el último, a principios de los 2000, se ha intentado cien veces. Pero por gusto. Siempre falla algo: promoción, logística, permisos.
Claudio y Joel lo harían diferente. Tenían permisos. Tendrían espacios para el grafiti y el breakdance. Harían carteles, flyers, un spot para TV. Y mantendrían el carácter competitivo de los eventos de antes. Con premios. Una escultura de barro, diploma y demo gratis para los ganadores. Las esculturas las fabricaron amigos artesanos (les pagarían con parte del presupuesto). El diploma y el demo, en el estudio. En Alemania imprimieron pulóveres, hicieron el spot. Abrieron una página en Facebook. Hicieron bulla. Y mucha gente en Cuba y fuera de ella se entusiasmó.
“Festival Mi Arte Urbano”, rebautizaron el evento. Sería 27, 28 y 29 de julio. Viernes y sábado, presentaciones de grupos en competencia (el jurado —como el sonido, las luces, etc.— correría por parte de la Casa de Cultura, un fallo: para enjuiciar a raperos hace falta gente que sepa de rap, como para darle puntos a un clavadista hace falta gente que sepa de clavados). El domingo, presentaciones de los finalistas. Y premiación.
Los artistas invitados, pertenecientes a la Agencia Cubana de Rap, no estarían en pugna. Cobrarían.
Del 19 al 21 de julio se hicieron las audiciones. De los 65 grupos que se presentaron, pasaron 20.
La noche del viernes había poco más de mil personas en el Anfiteatro de Alamar. Diez pesos de cover. Los raperos esperan en el backstage. En la tarima, un hombre grita manos arriba y dónde están las mujeres solteras. Reguetón. Sobre las 10:30, el animador dice que ya es hora, que va a empezar el show, y aquello tétrico. Sube Sentencia Squad (invitados) y ejecutan tres temas con un audio que no retumba, micrófonos bajos. El sonidista, mal. En los intermedios, el animador siguió desenchufado.
A Vladimir González, El Continuo, que ganó el Cubadisco en 2012 y lleva 18 años rapeando, le bajaron el audio en el tercer tema (de tres que le tocaban) y le dijeron que hasta cuándo, papi, que cuántas canciones tú vas a cantar. Antes, cuando el guión decía que era su turno, habían llamado a El Cardenal porque “ese tal Continuo no vino” y El Continuo, que estaba en el backstage, vio cómo el sonidista le ponía a El Cardenal un background suyo (de El Continuo), vio cómo El Cardenal improvisaba con tal de quedar bien y dijo “Asere”, al sonidista, “ese background no es”.
“Estoy indignado con lo que pasó allí”, dice. Me cuenta que cuando le dijeron que hasta cuándo preguntó al público si continuaba, le contestaron sí y siguió cantando. Luego puso el micrófono en el suelo. Se fue.
Al Continuo, por cierto, que es profesional, que había firmado un contrato por 600 pesos por la presentación, no le han pagado hasta el sol de hoy.
A los artesanos no les han pagado.
A Etián no le han pagado (Brebaje Man, que lleva 20 años en escena, uno de los flows más duros del país). Pero a Etián le tocaba el sábado. No estuvo el viernes. Sabe, por referencia, lo que pasó, y dice que le duele. “Cosas como estas no deben pasar con un Festival tan tradicional como el de Alamar. No le falten más el respeto a nuestra cultura. Si no sabes, no te metas.”, publicó en Facebook.
Hola Terricolas,nos vemos en Romerillo Playa pronto,este Festival si no lo podran suspender como el Festival de Rap de…
Posted by Etian Arnau Lizaire on Tuesday, July 31, 2018
Tres grupos más tarde los raperos se fueron, iracundos. El presentador le dijo al público que ahora, por fin, iban a poner lo que quería todo el mundo: reguetón.
César de la Torre, C-ZAR, de la banda Rap Filia, llegó al Anfiteatro a las 10 de la mañana del sábado para las pruebas de audio. No había nadie allí. Llamó a Amaury, el director artístico del Festival. Amaury le dijo: Ve para tu casa y espera que te llamen. “Y aquí estoy, al lado del teléfono”.
Dicen Claudio y Joel que ya llamaron a Cultura provincial. Que les dijeron que tomarían parte en el asunto.
En la Casa de la Cultura de Alamar nadie quiere hablar del tema.
Y Buena Vista Ghetto Kings, ahora, está organizando “Mi Arte Urbano” en una casa alquilada, con piscina. Porque el hip hop es cuestión de decoro. Es, como dice Etian, que sabe de eso, un espíritu que no puede invocarse si no lo vas a atender como es debido.
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