Ni siquiera en sus más pesimistas pronósticos Alejandro Gil, el ministro de Economía y Planificación de Cuba, fue capaz de anticipar un año tan difícil como 2020. Y conste que en enero, al pasar revista de lo ocurrido durante el calendario anterior, había reconocido que sería un «año duro y tenso», en el que el producto interno bruto (PIB) crecería un discreto 1 %.
Hace solo unos días el Gobierno recalculó la caída del PIB, cifrándola en alrededor de un 11 %, la mayor desde el momento más difícil del Período Especial. Una contracción de tal magnitud comenzaría a superarse apenas a finales de 2022 o en 2023, incluso en los escenarios más favorables.
Sobre lo ocurrido en este año mucho se ha escrito, pero hoy en elTOQUE sistematizamos los hitos económicos que han marcado la cotidianidad de los cubanos de dentro y fuera del país. Este es un listado con los siete acontecimientos más significativos de 2020 en cuanto a cuestiones de bolsillo.
-
Los gastos extraordinarios por la COVID-19
No existen datos verificables sobre los gastos dejados por el enfrentamiento a la COVID-19. Citando a la ministra de Finanzas y Precios, el diario Granma elevó el monto de los recursos empleados para ese fin a «más de 900 millones de pesos» (se supone que paritarios con el dólar), en una estadística compilada hasta el cierre de agosto.
Por entonces, todavía no había transcurrido el mes de aislamiento absoluto que vivió La Habana en septiembre, durante el cual fueron declarados decenas de eventos de transmisión autóctona en todos sus municipios, fueron movilizados cientos de efectivos adicionales de las fuerzas de orden público, y se redoblaron los envíos de alimentos y otros artículos hacia la metrópoli. Tampoco estaban contemplados al menos ocho de los 20 laboratorios de biología molecular que abrieron sus puertas de octubre a la fecha en diferentes provincias del país.
En un intento por hacer malabares, el Ministerio de Salud Pública ha reducido a mínimos esenciales el resto de sus servicios, pero deben haber resultado inevitables transferencias de fondos desde otras partidas del presupuesto.
2. La expansión de las tiendas en moneda libremente convertible (MLC)
A mediados de julio el Consejo de Ministros hizo pública la «Estrategia económico-social de Cuba para fortalecer la economía y el enfrentamiento a la crisis generada por la COVID-19», un extenso plan de contingencia que —entre otras cosas— autorizaba la ampliación del comercio minorista en moneda libremente convertible (MLC). Atendiendo a las declaraciones oficiales, esa modalidad de ventas no eliminaría a sus similares en CUC y CUP, que se mantendrían «a un costo tremendo». «De más de 4 800 puntos de ventas, solo 72 establecimientos comenzarán con esta modalidad inicialmente», resaltaba el diario Granma al citar a directivos de la Cadena de Tiendas Caribe.
Al amparo de ese «inicialmente», el número de establecimientos en MLC ha ido creciendo, aunque el número exacto y actualizado de esos establecimientos sigue sin ser revelado por los directivos de las cadenas Cimex y Caribe, o el Ministerio de Comercio Interior. Mientras, las ofertas en las otras monedas han caído a mínimos históricos, si se descuentan el agua y las bebidas alcohólicas, los productos que más abundan.
3. Anuncios que aún no se concretan: reconocimiento legal a las mipymes y la inversión extranjera mayoritaria
Estimaciones recientes del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social aseguran que cerca de medio millón de cubanos en edad laboral se encuentran desempleados. Como las nóminas estatales solo disponen de unas 45 600 plazas libres, el grueso de los nuevos puestos de trabajo habrá de ser proporcionado por el sector privado, las cooperativas y la inversión extranjera a partir del presente mes de enero.
En julio pasado, la mencionada «Estrategia…» abrió las puertas al reconocimiento legal de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), aunque siguen sin aclararse los plazos para su formalización. Se ha dicho que esta pudiera llegar tras un adelantamiento, dentro del cronograma legislativo, de la nueva ley de empresas, que en principio se esperaba para abril de 2022.
En diciembre, el Gobierno cubano renunció al requisito de la mayoría accionaria estatal en negocios de capital mixto. «Los proyectos pueden tener una participación equitativa o incluso minoritaria de la parte cubana», declaró el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca. La nueva norma busca impulsar industrias como la turística, la biotecnológica y la farmacéutica, y pudiera extenderse al comercio mayorista. Entre noviembre de 2019 y noviembre de 2020 la Isla logró captar 2 455 millones de dólares por concepto de inversión extranjera directa, una cifra muy alejada de los 5 000 millones anuales que expertos del Gobierno han planteado como imprescindible para el desarrollo nacional.
4. La renegociación de la deuda con el Club de París
Luego de meses de discusiones, al cierre de octubre Cuba llegó a un acuerdo con su grupo de acreedores dentro del Club de París, los cuales convinieron en postergar el pago anual de la deuda del archipiélago, atendiendo a los daños económicos ocasionados por la COVID-19. Si bien el Gobierno cubano no logró sus objetivos más ambiciosos —de una moratoria de dos años, sin sanciones debido al atraso en los reembolsos—, lo concedido por los acreedores parisinos supuso un importante espaldarazo, en especial porque se pactó a despecho de las presiones ejercidas por la administración de Donald Trump sobre varias administraciones europeas.
El grupo de Cuba dentro del Club de París incluye a naciones como Canadá, España, Francia, Gran Bretaña y Japón, y su buen crédito resulta fundamental para el comercio y las inversiones extranjeras. De no haberse llegado al consenso actual, pudieran haberse visto comprometidos muchos otros acuerdos suscritos por nuestro país.
5. La crisis en la producción y comercialización de alimentos
El año se inició bajo el sino de la plaga del trips de las flores del frijol, que acabó con el 90 % de la cosecha del país en medio de la escasez de plaguicidas y los deficientes manejos fitosanitarios. En septiembre, el ministro de la Industria Alimentaria Manuel Sobrino explicó los «avances en el procesamiento de tripas»; y noviembre quedó marcado por las afectaciones a la agricultura causadas por la tormenta tropical Eta.
El país, en tanto, reconoció contar con divisas suficientes para sostener las multimillonarias importaciones de alimentos, y el incremento de las áreas de cultivo no ha estado en proporción con el aumento de las cosechas.
6. La retirada de Western Union y las sanciones a Fincimex
El 23 de noviembre, al cerrarse las operaciones en Cuba de la compañía Western Union, también terminaba un ciclo histórico que inició en 1998 durante la segunda presidencia del demócrata William Clinton, cuando esa compañía fue autorizada a tramitar remesas hacia el archipiélago. Su contraparte local había sido desde entonces la Financiera Cimex S. A. (Fincimex), en una relación que alcanzaba las 240 000 operaciones mensuales y que, incluso en un año tan complejo como 2019, había superado los 1 000 millones de dólares en transferencias.
La retirada de Western Union fue consecuencia directa de la inclusión de Fincimex en la lista negra de entidades cubanas con las que los estadounidenses tienen prohibido realizar transacciones. Esa medida buscaba, además, impedir los pagos a los propietarios de Airbnb domiciliados en Cuba y la gestión de las remesas a través de vías alternativas, como las tarjetas de American International Service (AIS).
AIS fue uno de los objetivos escogidos por Trump para impulsar su campaña de reelección en el sur de Florida. La inclusión de esa empresa en la lista gestionada por la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros, adscrita al Departamento del Tesoro, en Washington) siguió a las presiones de su Gobierno en junio, contra el banco francés Crédit Mutuel, para obligarlo a cerrar las cuentas de clientes como Havanatur, Cubapack y la propia AIS.
7. El anuncio del día cero de la unificación cambiaria
Calificada por el discurso oficial como el proceso económico más radical emprendido en Cuba después de 1959, la Tarea Ordenamiento se anunció el 10 de diciembre, robándole el foco mediático a un potencialmente conflictivo Día de los Derechos Humanos.
En principio, la reforma apunta a tres campos fundamentales: los salarios de los trabajadores estatales, los precios minoristas y la tasa de cambio respecto al dólar, pero el objetivo del Palacio de la Revolución es que sus efectos se extiendan a áreas tan sensibles como la actividad exportadora y la captación de inversiones. «En materia de salarios, la parte extranjera va a tener beneficios pues podrá pagar más a los trabajadores gastando menos divisas», resaltó a finales de diciembre el ministro cubano de Comercio Exterior e Inversión Extranjera.
El Ordenamiento se emprende en un contexto singularmente comprometido. Según cálculos del propio Gobierno, luego del día cero, el pasado 1ro de enero, al menos 426 empresas quedarían «en una situación compleja, casi de pérdida», por lo que deberán solicitar subsidios del fondo de reserva de 18 000 millones de pesos creado al efecto. En teoría, ese mecanismo funcionará durante un año para permitirle al empresariado estatal adaptarse a la nueva realidad, pero abundan las dudas acerca de la capacidad de este para hacerlo. Aunque desde 2018 fueron puestas en vigor 43 normas que flexibilizaban la gestión de dichas compañías, el desempeño de ese sector sigue marcado por indicadores negativos.
El paquete de sanciones con que se despide Donald Trump dificulta aún más la recuperación económica buscada por el Gobierno. A las penalizaciones recientes contra el Grupo de Administración Empresarial y el Banco Financiero Internacional se pudiera sumar en los próximos días la reinclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, que estaría preparándose para poco antes de la asunción del binomio Biden-Harris. «La administración Biden podría actuar rápidamente para sacar a Cuba de la lista. Pero hacerlo requeriría más que el trazo de una pluma presidencial. El Departamento de Estado tendría que realizar una revisión formal, un proceso que podría llevar varios meses», observó The New York Times.
Un país calificado como terrorista por la principal potencia mundial está lejos de ser el destino soñado para cualquier empresario extranjero. Cargar con ese lastre adicional en medio de tan radicales reformas se anticipa como un reto inmenso para la economía cubana. 2021, difícilmente, será un año fácil.
También te sugerimos:
“TRASPASO”: EL FENÓMENO QUE OCURRIRÁ LUEGO DEL DÍA CERO (Y DEL QUE CASI NADIE HABLA)
¿TOPAR LOS PRECIOS ES UNA SOLUCIÓN A LA INFLACIÓN EN CUBA?
FICHA ÚNICA DEL CIUDADANO PODRÍA LIMITAR DERECHOS POLÍTICOS Y CIVILES EN CUBA
comentarios
En este sitio moderamos los comentarios. Si quiere conocer más detalles, lea nuestra Política de Privacidad.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *