Yuyu se ha mantenido trabajando durante el periodo de aislamiento por COVID-19 y en lo posible ha seguido apoyando a sus trabajadores de Ciclo Ecopapel. Foto: Thays Roque.
Estirar el dinero: impacto económico de la pandemia en el sector privado
16 / julio / 2020
“Teníamos la esperanza de que fuera poco tiempo y ya mira cómo vamos. La tienda no podrá seguir funcionando como hasta ahora, no creo que vaya a haber público extranjero pronto”.
Yunairys Estrada, o Yuyú como todos la conocen, es madre y emprendedora. Hace papel ecológico en La Habana y lidera el negocio Ciclo Ecopapel que comenzó siendo familiar y ha crecido. De marzo a junio adelantó encargos junto a sus familiares, pero no tuvieron contacto con los clientes y tampoco generaron ingresos. Debido a las medidas de aislamiento, cerraron la tienda en La Habana Vieja y enviaron a casa a los trabajadores del taller. Ante la COVID-19 el sector privado también detuvo sus actividades.
Yuyú juega con su hija pequeña. Intenta pasar más tiempo con ella, ven películas, se divierten juntas. En sus redes y en las del emprendimiento comparte consejos para la confección de juegos de mesa.
El silencio no es muy común en la casa-taller. En tiempos normales realizan talleres sobre reciclaje y cuidado del medio ambiente para niños y adolescentes; reciben visitas, clientes; hacen eventos. Para cubrir los vacíos provocados por la COVID-19, Yuyú y miembros cercanos de su equipo han llevado mascarillas de tela —confeccionadas por las costureras y diseñadoras de Dador, otro emprendimiento— a un hogar materno infantil de su municipio. También se sumaron a la recogida de envases de plástico para la confección de máscaras, algunas de las cuales han sido entregadas gratuitamente a personal de salud.
“Cuando cerramos la tienda, a las dependientes les pagamos 21 días, con el salario mínimo (aproximadamente 35 USD). Los trabajadores del taller tuvieron el pago de marzo completo y luego en abril pagamos el 50 % del salario. En mayo solo cobramos los que estamos aquí trabajando. La economía no se estira tanto”, dice.
Medidas del Gobierno: ¿qué protección han recibido los trabajadores del sector privado?
Los trabajadores estatales en Cuba, por orden gubernamental, cobraron el 100 % de su salario en marzo y el resto de los meses de aislamiento cobraron el 60 %. A quienes pasaron a la modalidad de teletrabajo dentro de ese sector se les mantuvo el 100 % de sus ingresos, incluido el estipendio del almuerzo a quienes lo recibían.
En el sector privado las experiencias han sido diversas: algunos negocios continuaron trabajando y, a pesar de la disminución de clientes e ingresos, pagaron a sus trabajadores. Otros como Ciclo Ecopapel cerraron por la imposibilidad de mantener sus actividades sin incumplir las recomendaciones de aislamiento físico. Aunque nadie habla de despidos, no en todos los casos han podido pagarles a sus trabajadores.
De los 20 emprendedores entrevistados por la consultora cubana AUGE en abril, la mayoría de quienes han cesado o disminuido actividades durante estos meses aseguró el pago de una compensación a sus trabajadores, al menos los dos primeros meses. Las compensaciones estuvieron entre los 500.00 y 840.00 pesos cubanos (20-33 USD aproximadamente).
Hasta mediados de mayo un total de 243.203 personas suspendieron temporalmente sus actividades en el sector privado en la Isla. Esta fue una posibilidad otorgada por el Gobierno desde finales de marzo, al igual que la prórroga del registro de contribuyentes, el aplazamiento del pago de tributos y la suspensión temporal de impuestos asociados a la fuerza de trabajo. Estas medidas permitieron un ahorro, pero no aseguraron los ingresos de esos trabajadores.
La ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó, ha repetido que los trabajadores del sector privado que no estén obteniendo ingresos pueden pedir el apoyo de la Seguridad Social; también pueden presentarse para empleos estatales.
Ayudar a otros y resistir con ahorros
Rodeado de personas en la arena y con el mar de fondo. Así se le ve a Alexander González en una foto en su perfil de Facebook. Una sesión de bailoterapia como parte de su proyecto Alex Havana Fitness. Lo acompañan amigos y seguidores del gimnasio del que es accionista y donde rehabilitan a discapacitados, ayudan a ancianos y entrenan a atletas de alto rendimiento.
“Nuestro negocio está cerrado y el proyecto no está funcionando. El aislamiento físico nos ha afectado mucho, y también a las personas que se ejercitan sistemáticamente”.
Es miércoles y Alex terminó su rutina del día, pero sigue aclarando dudas, envía recomendaciones de entrenamiento, motiva con imágenes, audios y videos.
Desde hace 17 semanas solo los grupos de WhatsApp le permiten orientar a las personas en sus ejercicios diarios. Luego de las primeras medidas de aislamiento no obligatorio, a finales de marzo, comenzó a notar que varios seguidores del proyecto y clientes del gimnasio estaban estresados por el encierro. Fue entonces cuando decidió transmitirles por esa vía la idea de hacer ejercicios en las salas de sus casas o en las escaleras de sus edificios.
“En este tiempo nadie está ganando, a no ser experiencia, conocimiento… Estamos trabajando con público, pero de manera virtual y gratuita. Hemos tenido que tomar del fondo de emergencia para hacer recargas telefónicas y poder tener Internet. Es la única forma de mantener activos los grupos”, explica Alex.
De vez en cuando aparece alguien dispuesto a recargar o a compartir de su saldo. Alex habla de esperanza, dice que “son tiempos para unir y no para ganar: es una oportunidad para demostrar que somos buenos seres humanos”.
Como el resto de los entrenadores son tan dueños del gimnasio como él, todos han estado viviendo en estos meses de sus ahorros.
Proyección hacia el futuro a pesar del impacto económico
Aunque no existen cifras oficiales, la investigación realizada por AUGE reconoció que la COVID-19 estaba teniendo un alto impacto económico en el 33 % del total de 632.557 trabajadores privados en Cuba. En el caso de Alex, el impacto podría considerarse como medio. Este joven entrenador está entre los aproximadamente 66 mil trabajadores del sector que podrían retomar sus servicios en la etapa pos-COVID-19, por incluirse entre los de alta demanda. A proyectos como el suyo, no lo afecta directamente el descenso del turismo y la escasez de alimentos.
—Alex, ¿cuándo regresamos? —pregunta alguien en uno de los grupos de WhatsApp.
—Nos veremos pronto —responde otro.
Quizás con esa esperanza prepara el listado de medidas higiénico-sanitarias. Tal vez en unas dos o tres semanas pueda abrir el gimnasio. Con 87 fallecidos y poco más de 2.430 casos confirmados en total, Cuba comenzó sus fases de desescalada a mediados de junio.
Los negocios más jóvenes y sus alternativas para sortear la crisis
Shallya Sánchez y sus muchachos, como les llama cariñosamente a los trabajadores de su emprendimiento EcoDeco Taller, terminaban un pedido el día en que anunciaron los primeros casos de coronavirus en Cuba. Pensaron en entregar y cerrar un par de días para comprar provisiones para sus casas y retomar el trabajo. Han pasado más tres meses desde aquel miércoles.
“Como cerramos el taller no se ha podido sacar ningún nuevo pedido”.
EcoDeco surgió hace menos de un año, centrado en la carpintería ecológica. Fabrican muebles y accesorios confeccionados con pallets. Sus productos han comenzado a decorar hogares y a perfeccionar la mueblería de varios negocios en poco tiempo, pero aún es un emprendimiento en pleno desarrollo y no contaban con los fondos suficientes para continuar pagando salarios a sus trabajadores. Por suerte, cuenta Shallya, los “muchachos” son ahorrativos y han sabido cuidar el dinero ganado en los meses anteriores a la crisis.
“Aunque no he podido ayudarlos con dinero, sí les he brindado apoyo moral. Hasta han venido a la casa a buscar mangos de mi patio”, comenta.
Clientes en la etapa pos-COVID-19: tabla de salvación para algunos en el sector privado
En la página de Facebook de EcoDeco una cliente escribe que adoró el organizador de oficina de la foto, que cuando empiecen a hacerlo ella quiere uno. “Me gusta todo, deja que esto termine”, se lee en otro comentario de una publicación con más de 50 opiniones positivas sobre los productos que planean lanzar.
Los elogios que ha recibido y los pedidos de cotizaciones le dan tranquilidad a Shallya. Tiene una lista de encargos para cuando reanuden la producción.
Además de escribir sobre reciclaje e intentar educar a través de sus perfiles, el tiempo de aislamiento también fue útil para perfeccionar cuestiones internas del negocio. Tal como la consultora AUGE concluyó de sus intercambios con trabajadores privados, algunos dedicaron este tiempo a cumplir tareas pendientes, repensar el negocio, definir nuevas estrategias, escribir procedimientos y realizar mantenimientos.
Juankyʼs Pan y las soluciones para mantener el negocio a flote
“Eliminamos de la oferta las hamburguesas de res y de pollo porque ya estaba siendo muy difícil adquirir las materias primas. Decidimos mantener las de cerdo, pero los precios han subido mucho y hay escasez”.
Juan Carlos Blain (Juanky) está llegando de Pinar del Río. Allí compra pulpas de frutas y algunos vegetales que le permiten mantener activa su cafetería Juankyʼs Pan.
Cerrado ahora. Entregas a domicilio, anunciaba durante varias semanas la página de Facebook de este negocio especializado en hamburguesas. Desde el mes de marzo, fueron varias las alternativas aplicadas, pero no han dejado de trabajar. Ahora, respetando las distancias y las indicaciones sanitarias del Gobierno han comenzado a abrir sus sucursales.
“Desde el principio redujimos los grupos de trabajo para que todos pudieran seguir cobrando un salario que cubriera sus gastos al menos. Lo que hicimos fue garantizar que pudieran trabajar dos veces a la semana, en vez de cuatro o cinco. A las personas con más de 60 años, alrededor de seis en los diferentes puntos de venta, sí se les pidió que se quedaran en casa y se les mantuvo el salario mínimo”, cuenta el joven emprendedor.
El desabastecimiento: una de las mayores dificultades para el sector privado
Juanky, que también es director financiero del negocio, responde a las preguntas después de las 10 p. m. A esa hora es común que esté trabajando, sacando cuentas, haciendo magia con los números. La falta de materias primas le preocupa, intenta buscar soluciones.
“No sé hasta cuándo podremos aguantar con estos precios. Como estamos vendiendo pocos productos, es difícil compensar para al menos seguir sacando los costos y no generar pérdidas”.
Pero Juanky se escucha optimista. Habla de desarrollo de la producción local y de una de las ideas que lo mantiene investigando: obtener huevos con la cría de gallinas criollas. También se preocupa por llevar alimento a ancianos que viven solos y tienen pocos recursos.
La COVID-19 y el declive de la Economía cubana
La Cepal anuncia una disminución del PIB de Cuba (-3.7 %) y hasta 2022 no será aprobada una Ley de Empresas en el país que quizás reconozca legalmente las pequeñas y medianas empresas como la suya. Juan Carlos prefiere concentrarse en lo que está a su alcance; por eso hace gestiones constantes para lograr alianzas con los Gobiernos locales. Suma otros emprendimientos a las acciones de ayuda comunitaria y prepara las condiciones para que Juankyʼs Pan pueda seguir creciendo e innovando a pesar de los retos de esta nueva etapa.
La COVID-19 agudiza los problemas de la Economía cubana. Como el resto de los actores económicos, Yuyú, Alex, Shallya y Juan Carlos tendrán que enfrentar ahora la disminución del turismo —una de las principales fuentes de ingresos en el país— y la creciente escasez de suministros y alimentos provocada, entre otros factores, por los bajos niveles de producción agropecuaria. Si a esto sumamos el impacto de las nuevas sanciones de Estados Unidos hacia la Isla, los próximos meses pueden seguir siendo igual de duros para todos.
Este artículo fue producido en el marco del Laboratorio de Periodismo Situado.
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