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Foto: elTOQUE.
Los audios de mi madre en la oscuridad: cómo es vivir fuera de un «circuito priorizado» en Cienfuegos
7 / febrero / 2025
«¿Hay apagón, Yaya?», le preguntan mis hijos a su abuela mientras la ven por la pantalla del teléfono. Han sido tantas las veces que han escuchado a mi mamá decirme: «Ay hija, seguimos en apagón», que repiten la frase sin entender bien lo que significa.
Ella está en Cuba, en Cienfuegos, donde según me dice: la situación con la corriente «es cada vez peor».
Audio. Día 1. «Ayer no te pude llamar. ¿Sabes cuántas horas de apagón? 22 horas. Luego la pusieron dos horas y la volvieron a quitar. No me dio tiempo a nada. No entró el agua y tocaba. Fui para casa de tu tía y lo mismo. Esto está de pi*-/a».
Mi mamá habla así. Y es de las que se queja poco, pero yo sé, solo de escucharla, lo obstinada que está.
Día 2. No pudimos hablar. No le entraron mis mensajes. Nunca pudo conectarse.
Audio. Día 3. «Anoche fue lo mismo y lo mismo y lo mismo… solo dos horas de luz. No sé de los niños. Dime de ustedes. Ahora fue que me entraron tus audios. Yo no veo a esta gente por el noticiero. ¿Colapsó todo de nuevo? Llevamos días así. Me da una lástima con los niños [mis sobrinos]. No he podido ir a ver a tus abuelos. Pero están igual, también sin corriente y, fíjate, allá se las quitaron 24 horas, y luego tuvieron tres».
Mis abuelos tienen más de 80 años.
Audio. Día 4. «(…) Esto es horrible. Esto es una mierda. Tú lo sabes. Días y días, con “alumbrones”. Fui de Tulipán al centro del pueblo y nada. Llamé a tu tía, que está del otro lado, igual. Esto es un desastre. No puedo ni hablar con los niños porque se cae el video, me dio una lástima que se quedaran llorando. Eso sí me parte el corazón. Hija, son más de 15 horas, siempre…».
Después de maldecir todo, me dice aparentemente firme: «Pero estamos bien, tú no te preocupes».
¿Cómo me quedo yo? Muchas veces como mis hijos cuando no pueden hablar más con su abuela. Ella les habla en medio de la oscuridad, con una lámpara recargable de fondo que se llevó de aquí, y de pronto la pantalla se congela. Los niños quieren seguir contándole algo o escucharla, y se molestan y lloran.
Casi en toda la ciudad se vive así, excepto en algunas «islas». En el grupo de Facebook Revolico Cienfuegos he visto publicaciones en las que se advierte sobre viviendas en venta que tienen un mayor costo en los llamados «circuitos priorizados» o «protegidos», donde se ubican hospitales y se va (MUCHO) menos la corriente. Y es lógico.
Mi mamá no vive en esas zonas. Nadie de mi familia. Pero, desde la esquina, ven el barrio que nunca se apaga.
Una amiga me dice: «Está tan mala la cosa en Cienfuegos que el 5 de septiembre publica dos y hasta tres notas diarias». Mi mamá tampoco lee el periódico local.
Otro amigo en un chat comenta: «Mi abuela me escribió anoche luego de 22 horas sin electricidad, en Pueblo Griffo». Vive en un edificio que tiene elevadores.
En redes, varios cienfuegueros denuncian la situación:
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***
Audio. Día 5. «Marla, voy a ver a tus abuelos. Te intentaremos llamar para ver si puedes verlos. Ayer la mala conexión tampoco nos dejaba hablar por video. Te extraño. Besitos».
Audio 2. Día 5. «Hija, ya estoy aquí, pero no hay corriente, así que ya sabes…».
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Luna E.