Tras el paso del huracán Ian por Cuba, la devastación, carencias, daños materiales y ambientales se acrecentaron. El Gobierno del archipiélago realizó un insólito pedido de ayuda a la Administración Biden, según reveló en primera instancia el diario The Wall Street Journal.
Ante la solicitud, se desataron reacciones encontradas entre quienes abogan por negar cualquier concesión de financiamiento al Gobierno de Díaz-Canel y quienes prefieren que la asistencia sea entregada de manera directa a los afectados mediante organizaciones y proyectos confiables de la sociedad civil.
La negativa acrítica y absoluta a la recepción de ayuda humanitaria en un momento de crisis real para muchos ciudadanos cubanos, mientras el régimen moviliza recursos para apuntalar su imagen de Estado vulnerable y agredido, solo facilita la labor de la propaganda.
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