La casa de Evelyn fue una de las mas afectadas por el tornado en Regla. Foto: Taylor Torres Escalona.
El 3G y una movilización sin precedentes
27 / febrero / 2019
La historia que comenzó desde el pasado 27 de enero ya la sabemos. Es pública. Significa que cualquier persona puede saber de ella. Y aunque no lo sepa, tiene la posibilidad. Es además viral. Significa que muchísimas personas la conocen, la comentan y la están compartiendo. Es, sobre todo, Historia. Significa que algo diferente sucedió esta vez, y merece la pena contarlo.
En la madrugada del lunes 28 de enero circulaban las primeras imágenes del paso del tornado. No es necesario ya, a estas alturas, describirlas. Tan poco acostumbrados estamos a presenciar los hechos en tiempo real que era imposible que tal desastre estuviera de verdad sucediendo en ese momento, a unos cuatro, cinco, ocho kilómetros del centro de La Habana.
Lo que esas imágenes desataron luego fue la mayor movilización espontánea proveniente de la ciudadanía cubana dentro y fuera de Cuba, compuesta por grupos diversos (edades, profesiones, ideologías), con escasa o ninguna experiencia en la ayuda humanitaria en situaciones de desastre a grandes escalas, y con un tiempo de reacción mínimo (menos de 24 horas).
Está de más decir que el propiciador de tal fenómeno fue el acceso a Internet a través de los datos móviles. Con las dinámicas de la Wi-Fi (llegar a un parque, conectarse, introducir usuario y contraseña) no hubiese sido posible. Al menos no a los niveles que la movilización ha tomado.
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El Taiger daba un concierto en Miami y comenzaron a sonar los teléfonos con las notificaciones. Su productora Celia Mendoza se unió con un grupo de amigos para ver qué podían hacer. Celia había vivido situaciones similares con dos huracanes, Wilma en 2004 e Irma en 2017. Sabía que las primeras ayudas (agua, comida, ropa) llegaban. Pero que a la larga las más importantes no: reconstruir paredes, echar un techo, levantar otra casa.
“Hacía falta ayudar a las familias con el proceso constructivo. Poder darles el dinero para los materiales que el Estado subsidiara o para la mano de obra. La idea era alcanzar 20 mil dólares para cinco familias, para darle a cada una la mayor cantidad de recursos”, cuenta Celia a través de mensajes de voz que dejó en mi Messenger.
A las 8:30 de la mañana del lunes ya Celia y un grupo de amigos habían creado su crowfunding Ayuda a tu gente. “Lo hicimos por Facebook porque las restricciones que tiene en comparación con GoFundMe son menores”, explica.
“¿Cómo se recaudan los fondos? Básicamente estás 24 horas en la computadora mandando el link a todas las personas que puedas. Tienes que dar una explicación a cada persona, quién eres, qué vas a hacer con ese dinero…”, continúa explicando.
Asimismo el lunes, pero en la noche, se creaba el grupo en Facebook Ayuda directa a La Habana Tornado. Un grupo compuesto por “comunicadores sociales, artistas, consultores de arte, economistas, abogados, profesionales en general que han puesto sus competencias, tiempo y dinero en crear una propuesta organizada para canalizar la ayuda persona a persona.
“El grupo lo abrimos varios amigos residentes en el exterior con el único objetivo de ayudar directamente a las víctimas del tornado en La Habana, relacionando posibles donantes con afectados”, me escribe Miguel Hidalgo, uno de los usuarios más activos del grupo, que colocó mis preguntas en un documento de Google Drive para que todos los miembros las consultaran y respondieran.
El grupo se encuentra expresamente “enfocado en (…) la sociedad civil en su conjunto sin mediación ni convocatoria del Estado”, leo en otra de las respuestas.
Para facilitar una comunicación aún más directa, este grupo creó otro en WhatsApp –una plataforma que cada vez gana más popularidad en Cuba-, donde se dedican a la organización y ayuda de forma más puntual: quién resolvió qué para quién y cómo lo hacen llegar.
El grupo Alternativas, igualmente analizado en este trabajo, prefirió no responder las preguntas enviadas por Messenger. Fue fundado por cubanos residentes en Cuba y se dedican a gestionar cualquier tipo de ayuda.
La mayoría de los contenidos en ambos grupos se repiten: listados de damnificados, testimonios fotográficos y en video, información sobre la recogida y entrega de donaciones, mensajes de apoyo, de agradecimiento. La diferencia más notoria resulta que en el grupo Ayuda Directa a La Habana Tornado se habla más sobre viajes inmediatos a la Isla, donación de millas de vuelo, Aduana, envío de dinero…
Los datos analizados en estos dos grupos pertenecen únicamente a la primera semana del suceso: del lunes 28 de enero al domingo 3 de febrero, con el objetivo de obtener un primer e inmediato acercamiento al fenómeno de movilización y organización a través de redes sociales y siguiendo las dinámicas propias de conexión entre distintos nodos, distintos grupos de ayuda.
Hasta ese momento entre los dos grupos habían apoyado a más de 200 familias. Muy probablemente las mismas, teniendo en cuenta que se valieron de los mismos censos. No obstante, con el levantamiento de nuevos casos en la última semana, ese número con toda seguridad es aún mayor.
Por el análisis según el tipo de publicación resulta fácil comprender que la gestión estaba bien enfocada en sus dos aspectos: la información de las donaciones (inventario de donaciones recibidas, puntos de recogida, necesidades de transporte) y los listados de damnificados.
De estos dos tipos de publicaciones, los usuarios comentaron más sobre la información de donaciones. Los comentarios significan otra herramienta, a base de respuestas, para organizarse. Los usuarios lograban ponerse de acuerdo en cuestión de horas para resolver problemas específicos: traslado de donaciones, entregas, orientación en las zonas afectadas.
Las publicaciones más compartidas fueron los listados de damnificados, lo cual se entiende si se tiene en cuenta la intención de extender el alcance del post.
Estos pueden ser algunos de los indicadores que visibilice que el uso de la red de redes en Cuba ha superado su fase primigenia de mera herramienta para la comunicación entre amigos y familiares residentes en el exterior.
En el documento enviado por Miguel Hidalgo dice: “Este proyecto es un ejemplo de cómo pasar de la nube digital a los hechos reales con resultados concretos. Y aprovechar Internet en beneficio de las personas, de forma humanista”.
Facebook también se utilizó para convocar a arquitectos y demás personal del sector de la construcción para las zonas afectadas (Piedra Angular), campañas de diseño de ayuda creativa (Yo tiré un cabo), y promoción de las entregas gratuitas de comida por parte de emprendimientos privados.
Piedra Angular y Yo tiré un cabo: iniciativas de ayuda a los afectados por el tornado
El crowfunding fundado por Celia y sus amigos logró recaudar 20 mil dólares en dos días y medio. Por eso decidieron dejarlo y llegar a 40 mil. Y también porque se dieron cuenta que el nivel de afectación era muy grande. 20 mil dólares no eran suficientes. Pero el proyecto fue reportado de forma anónima, lo que provocó su cierre sin apenas explicaciones ni notificaciones por parte del equipo de Facebook.
Como este, se frustraron otros intentos de recaudación de dinero en la plataforma GoFundMe.
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La campaña 1 Bitcoin por Cuba se lanzó precisamente para evadir las problemáticas legales que afectaron a iniciativas de recaudaciones de dinero, a través de la plataforma Fusyona, que según su sitio web pretende ser la primera exchange de criptomonedas de Cuba.
Casi 3 semanas después del paso del tornado, Fusyona logró recaudar 0.097422085 BTC —casi un décimo de Bitcoin—, que significan 395.98 CUC; según la tasa vigente del día 13 de febrero, donde 1 BTC equivalía a 4073.61 CUC.
En un correo electrónico el grupo Fusyona explica que “nuestros usuarios diariamente compran Bitcoin a cambio de CUC. De esta forma obtuvimos los CUC que necesitamos para comprar productos de primera necesidad”. Aclaran asimismo que, aunque ya terminaron la campaña, si las personas “continúan donando estamos en disposición de volver a realizar una entrega”.
A partir de los listados de damnificados surgió otra de las iniciativas ciudadanas en red: un mapa que contiene los datos y direcciones recogidas en las mencionadas listas. El mapa se creó y aún se actualiza de forma colectiva gracias a la plataforma Google Maps.
En su primera semana de creado, el mapa contenía solo 103 direcciones en Luyanó, 31 en Regla y 4 en Guanabacoa. El lunes 18 de febrero —en una última consulta para el cierre de este artículo— la cantidad de direcciones había ascendido a 199 en Luyanó, 98 en Regla y 31 en Guanabacoa.
Bajo esta lógica de crear bases de datos colectivas con los nombres y direcciones de los damnificados, Gretther Yedra Rodríguez gestora del blog Lluvia de Mayo creó Tornado Cuba Casos, un formulario en Google Sites que, hasta este lunes, tenía recogidos 108 casos.
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La movilización que se desató en y gracias a la red de redes no tiene precedentes en la historia de este país. Los cubanos tomaron lo que tenían más a mano: su teléfono móvil. Cuando los sujetos se apropian de herramientas para la resolución de sus problemas las dotan de nuevos sentidos.
Aprendimos que un teléfono móvil hace tiempo dejó de existir solo para comunicarnos. Lo aprendimos como aprendemos casi todo en cuestión de tecnología: sobre la marcha, cortando huevos, cuando hace falta.
Este texto fue publicado originalmente en Yucabyte.
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