Ni «fuerzas oscuras» ni «Fidel y el pueblo en un haz»: así desinforma sobre el Maleconazo el oficialismo

Fotomontaje: Captura de publicación de Miguel Díaz-Canel en redes sociales. Imágenes del fotógrafo Karel Poort en La Habana, 5 de agosto de 1994.
El 5 de agosto de 1994 tuvo lugar en Cuba una de las protestas más significativas bajo el régimen de Fidel Castro: el «Maleconazo». En pleno «Período especial», marcado por el desabastecimiento de alimentos y medicinas, así como por apagones constantes —una crisis que se ha agravado en los últimos años—, salieron a manifestarse cientos de personas en el malecón de La Habana.
La protesta, hasta ese momento inédita bajo el castrismo por su escala, tomó por sorpresa a las autoridades. Fue una reacción espontánea ante el deterioro económico tras el colapso del bloque socialista europeo y la disolución de la Unión Soviética. Los manifestantes también corearon consignas como «libertad» y otras frases de rechazo al gobierno totalitario, evidenciando que el apoyo popular del que presumía el Partido Comunista de Cuba (PCC) no era tan unánime ni sólido como afirmaba el discurso oficial.
El estallido social fue también el preludio de otro hecho histórico: el éxodo masivo de balseros que marcó el verano de 1994.
En agosto de 2025, cuando se cumplen 31 años de aquellos sucesos, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel sugirió que «fuerzas oscuras» impulsaron a los ciudadanos a lanzarse a las calles.
«Cada 5 de agosto nos recuerda que siempre habrá fuerzas oscuras acechando a una Revolución genuina en sus momentos difíciles y que solo la unidad puede revertir los intentos por destruirla. Vean la foto de 1994: Fidel y el pueblo en un haz, como las varillas del escudo nacional», publicó Díaz-Canel en redes sociales.
Por su parte, Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del PCC y vice primer ministro del país entre 2019 y 2021, también señaló en redes: «Cuando un día como hoy [5 de agosto] de 1994, en lo más duro del período especial, elementos vandálicos alteraron el orden en algunas calles de La Habana, Fidel [Castro] no vaciló en ir al lugar. ¡Seguimos su legado!»
Díaz-Canel, Morales Ojeda, y otros funcionarios gubernamentales, de una forma articulada en X (ver 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8) hicieron ese día publicaciones que acompañaron con imágenes de Fidel Castro en el malecón rodeado de su seguridad personal y otros agentes del Estado (uniformados y de civil), y supuestamente en presencia de algunos de los que protestaron aquel año.
El relato oficial que intentan posicionar las autoridades cubanas sobre el Maleconazo está enfocado en señalar que fue provocado desde el exterior, la mayoría de los manifestantes cometieron hechos vandálicos, no hubo represión policial y exaltar la figura de Fidel Castro. Se trata de una narrativa desinformadora que busca ocultar las causas reales del estallido: una profunda crisis económica, el malestar social acumulado por años de escasez y represión, y la indignación tras hechos como el hundimiento del remolcador 13 de marzo, que dejó decenas de muertos. Además, reproduce la estrategia de criminalización de la protesta, denunciada hasta hoy por organizaciones de derechos humanos, incluida Amnistía Internacional.
Los testimonios de la época, las imágenes independientes y los reportes de prensa extranjera coinciden en que la protesta fue masiva, espontánea y motivada por demandas de libertad y cambios políticos. La respuesta del Gobierno fue la represión y la criminalización de los manifestantes, seguidas de una apertura migratoria forzada que desencadenó la crisis de los balseros. Lejos de ser una acción coordinada por enemigos externos, el Maleconazo fue una expresión auténtica de descontento popular, cuya memoria las autoridades intentan distorsionar para mantener el mito de una Revolución con respaldo unánime.
Mientras en redes sociales y la prensa estatal se difundió una versión distorsionada de lo que ocurrió en aquellos días, la organización Cubalex también documentó que el 5 de agosto se llevaron a cabo acciones de «vigilancia, arrestos domiciliarios, detenciones arbitrarias y cortes selectivos de internet». Según la ONG de derechos humanos, estos operativos se desplegaron en distintas zonas del país como parte del protocolo habitual del Gobierno cubano en fechas que considera sensibles por su carga simbólica.
Testimonios, imágenes y hechos que desmienten la versión oficial del Maleconazo
A pesar de que el oficialismo niega la represión policial, durante el Maleconazo hubo enfrentamientos con la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) que «se prolongaron durante todo el día y se extendieron hacia los barrios céntricos de la capital, como La Habana Vieja, que en aquellos momentos se encontraban repletos de turistas», de acuerdo con el reporte que hizo entonces el diario español ABC.
Fueron años en los que se disparó la inflación luego de que el país perdiera un tercio de su producto interno bruto (PIB) en el contexto del derrumbe del socialismo europeo, y el total de calorías consumidas como alimento por cada habitante se redujo drásticamente, detalló el citado medio.
El estallido popular también ocurrió luego de semanas de tensión en el país tras el hundimiento, el 13 de julio de 1994, del remolcador 13 de marzo, a siete millas náuticas del puerto de La Habana. Como resultado de esa acción de fuerzas estatales murieron al menos 37 personas, incluyendo 10 menores de edad. En total, escapaban 72 personas en el remolcador hacia Estados Unidos.
Según los testigos sobrevivientes fueron perseguidos y finalmente hundidos por barcos de propiedad estatal, tolerados por guardacostas cubanos.
Luego, las autoridades cubanas establecieron un bloqueo marítimo bordeando a la capital. Esta medida y la severa crisis económica, agudizaron el descontento popular que detonó en las manifestaciones del 5 de agosto de 1994.
Testigos de los hechos, entre ellos el periodista Rolando Nápoles y el opositor Efrén Martínez Pulgarón, han explicado que la protesta fue reprimida por agentes policiales y brigadas paraestatales integradas por trabajadores de la construcción del «Contingente Blas Roca».
Fidel Castro (1926-2016) se presentó fuertemente escoltado en la zona del estallido social y llamó a sus seguidores a «ganar la calle» y a «derrotar a los apátridas» que estaban protestando.
La Fiscalía pidió hasta 60 años de cárcel para veinte detenidos por el supuesto delito de desórdenes públicos.
Una semana después, Castro ordenó que se permitiese salir a los cubanos por mar para llegar de forma irregular a Estados Unidos. La medida llevó a la conocida como crisis de los balseros: más de 30 000 personas salieron en precarias e improvisadas embarcaciones hacia las costas de Florida.
Históricas imágenes
El neerlandés Karel Poort, que en ese entonces trabajaba como fotógrafo y sonidista freelance en la televisión de Países Bajos, se encontraba en Cuba cuando estalló el Maleconazo. En una entrevista con la agencia EFE, recordó cómo los manifestantes coreaban: «¡Cuba sí, Castro no!» y «¡Libertad!».
Poort captó imágenes que se convertirían en uno de los pocos testimonios gráficos de los hechos, que por otra parte no fueron cubiertos con veracidad por la prensa cubana controlada por el PCC.
El fotógrafo neerlandés captó varias imágenes en las que se puede ver un hombre, de gafas oscuras, camisa y pantalones de color claro, con un arma de fuego corta en la mano. Frecuentemente los agentes de la Seguridad del Estado operan vestidos de civil y usan pistolas para intimidar a los críticos del Gobierno, en un país donde portar armas está muy controlado por las autoridades.
«Tres policías me ordenaron que les entregase los rollos y la cámara. Me agarraron y, milagrosamente, logré zafarme y corrí lo más rápido que pude hacia mi hotel (...) pude tomar más fotos desde la ventana de mi cuarto», contó Poort.
Días después del estallido Karel Poort capturó una imagen de un papel con las palabras «Viva Cuba Libre» en la zona de las manifestaciones por el malecón habanero. «Era el único ahí [en el escenario de las protestas]. No había celulares en ese entonces. Es por eso que esas fotos son tan especiales», señaló.
El historiador y escritor Enrique del Risco señaló en una publicación el 5 de agosto de 2025: «Fuera de esa pobreza de imágenes, de memoria, está la historia oficial. La de los antisociales que asaltaron tiendas para turistas (algo que también pasó), la de Fidel como Moisés abriéndose camino entre las masas aireadas y convirtiendo los “Abajo Fidel” en puro “Fidel, Fidel” (aquí la historia oficiosa se contradice: si eran vulgares saqueadores ¿qué hacían gritando “Abajo Fidel”?)».
«Como si las tropas especiales no hubieran llegado antes a preparar el terreno, a demoler la rabia desarmada. Luego, los pasos que dicta el Manual represivo del totalitarismo, tan bien descritos en la película rusa “¡Queridos camaradas!”: borrado de memoria, ocultamiento de los muertos y algo de comida en la forma de la apertura de los mercados campesinos unos días después. Lo otro fue el gran aporte del castrismo a la teoría marxista-leninista: el éxodo como arma de lucha. Como mismo se había empleado en los 60’s o el ochenta. Resolver el problema trasladándolo. Y entonces Fidel creó la llamada “Crisis de los balseros” y vio que era bueno. Los mismos que antes perseguían y mataban para impedir una fuga ahora la propiciaban y hasta ayudaban a los desesperados a subir a las balsas. A que se los comieran los tiburones o crearles problemas de logística al enemigo imperialista que no sabría dónde meter a tanta gente», concluyó.
El Maleconazo de 1994 es visto como un antecedente directo de las masivas protestas de julio de 2021 en Cuba, conocidas como «el 11J». Ambos eventos se originaron a partir de agudas crisis económicas, y evidencian el descontento popular con la gestión gubernamental y la falta de libertades civiles y políticas.
Fuentes consultadas
Publicaciones en la red social X de Miguel Díaz-Canel, Roberto Morales Ojeda y otros funcionarios cubanos (5 de agosto de 2025).
Organización Cubalex: informes y reportes sobre represión en fechas simbólicas en Cuba.
Agencia EFE: entrevista a Karel Poort, fotógrafo y testigo del Maleconazo (2024).
Diario ABC (España), agosto de 1994: cobertura de la protesta y contexto económico.
Testimonios de Rolando Nápoles y Efrén Martínez Pulgarón sobre la represión del 5 de agosto de 1994.
Declaraciones de historiador Enrique del Risco en redes sociales (5 de agosto de 2025).
Informes de Amnistía Internacional sobre criminalización de la protesta en Cuba.
Si necesita que verifiquemos contenidos para usted, puede contactarnos por cualquiera de estas vías:
Correo electrónico: [email protected]
WhatsApp y Signal: +1 786 403-8554
Formulario
Telegram
Comentarios
En este sitio moderamos los comentarios. Si quiere conocer más detalles, lea nuestra Política de Privacidad.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *